
Uno de mis libros favoritos, sin duda, es
La insoportable levedad del ser de
Milan Kundera.
Lo leí por primera vez cuando tenia unos 15 o 16 años al descubrirlo en la mesa de noche de mi papà, y desde que abrí la tapa y empecé a ojearlo, sentí una comezón intelectual (suena pretencioso, digámosle curiosidad autocomplaciente a nivel extracorpóreo, que tal?) que me obligo a reemplazar el tiempo ocupado en perseguir niñas o patear pelotas, en la lectura del citado fajo de papeles empastados.
Tenia 15 años, en pleno apogeo hormonal, pero sobretodo en el despertar de las grandes cuestiones existenciales de todo ser humano, bueno eso supongo. Allí estuvo el gancho. Les facilito para su gozo intelectual, perdón, para satisfacer en algo su curiosidad autocomplaciente a nivel extracorpóreo, algunos párrafos del primer capitulo titulado
La levedad y el peso:
La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejo perplejos a los demás filósofos: ¡Pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial?
El mito del eterno retorno viene a decir, per negationem, que una vida que desaparece de una vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, esta muerta de antemano,y , si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevación o esa belleza nada significan. No es necesario que los tengamos en cuenta, igual que una guerra entre dos estados africanos en el siglo catorce que no cambio en nada la faz de la tierra, aunque en ellas murieran, en medio de indecibles padecimientos, trescientosmil negros.
¿Cambia en algo la guerra entre dos estados africanos si se repite incontables veces en un eterno retorno?
Cambia: se convierte en un bloque que sobresale y perdura, y su estupidez será irreparable.
Si la revolución francesa tuviera que repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría menos orgullosa de Robespierre. Pero dado que habla de algo que ya no volverá a ocurrir, los años sangrientos se convierten en meras palabras, en teorías, en discusiones, se vuelven mas ligeros que una pluma, no dan miedo. Hay una diferencia infinita entre un Robespierre que apareció solo una vez en la historia y un Robespierre que volviera eternamente a cortarle la cabeza a los franceses.
Digamos, por tanto, que la idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las cosas aparecen de un modo distinto a como las conocemos: aparecen sin la circunstancia atenuante de su fugacidad. Esta circunstancia atenuante es la que nos impide pronunciar condena alguna ¿Cómo es posible condenar algo fugaz? El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con magia de la nostalgia; todo, incluida la guillotina.
El señor Kundera empieza hablando del retorno (y tal vez de la reencarnación), tema siempre polémico, y para un joven de 15 años que anhela conocer la verdad de las cosas (ilusos adolescentes), no había pierde. Pero no queda ahí, ese solo es el disparador que utiliza para dar pie al tema central del libro; la dualidad entre la trascendencia en la vida (peso) y la intrascendencia (levedad).
Esta mezquina microsinopsis, obviamente no le hace justicia a tremenda obra, pero no es mi intención dármelas de crítico literario.
Solo siento la necesidad de recomendar este libro ya que sin duda toca y sobretodo cuestiona (de nada sirve dormir sin descansar) la esencia del ser humano, ambientado en diversos ámbitos de la existencia, como las relaciones, la muerte, el trabajo etc. etc. etc. y etc. (de nuevo estoy envalentonado).
La levedad del ser (ya no el libro, sino la idea) muchas veces me molestò. La ligereza, la falta de reflexión, la vida Light, Paris Hilton. Mientras que por el otro lado, considerè gente más valiosa a los que piensan, rumian, cuestionan, viven concientemente, a mí.
Prejuicio, algo de megalomanía, inmadurez y/o falta de inteligencia. Todas esas son opciones validas para describir la idea que sostenía a rajatabla. Sin duda he aprendido a no hacer juicios de valor, cada quien vive su vida de acuerdo a sus ideales o falta de ellos. Obviamente hay grupos de personas con las que me identifico más, pero de ninguna manera me asumo mejor o peor que otros.
Y para demostrar lo consecuente de mi postulado, haré gala de mi levedad (pesarà una tonelada) con este compendio de detalles curiosos, intrascendentes, sin ningún objetivo mayor que el de perder el tiempo por el placer de hacerlo.
Viva la levedad del ser! Viva la levedad del Tunche! Viva Paris Hilton!


· Sabias que el encendedor fue inventado antes que los cerillos.
· El graznido de un pato (cuac, cuac) no hace eco y nadie sabe por qué.
· American Airlines ahorró US$ 40.000 en 1987 eliminando una aceituna de cada ensalada que sirvió en primera clase.
· Sabias que más del 50% de la gente del mundo nunca ha hecho o recibido una llamada telefónica · Según la ley, las carreteras interestatales en los Estados Unidos requieren que una milla de cada cinco sea recta. Estas secciones son útiles como pistas de aterrizaje en casos de emergencia y de guerra.
· La cucaracha puede vivir nueve días sin su cabeza, antes de morir de hambre.
· Una persona común ríe aproximadamente quince veces por día (deberíamos mejorar eso).
· Es posible hacer que una vaca suba escaleras pero no que las baje.
· Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, que son considerados los más grandes exponentes de la literatura hispana e inglesa respectivamente, murieron ambos el 23 de abril de 1616.
· En los conventos, durante la lectura de las Sagradas Escrituras, al referirse a San José, decían siempre Pater Putatibus y por simplificar "P.P.". Así nació el llamar "Pepe" a los José
· Thomas Alva Edison temía a la oscuridad
· El 80% de las personas que leen este texto intentarán chuparse el codo.
· Sabias que es imposible chuparse el codo.
· Sabias que el orgasmo de un cerdo dura 30 minutos.
· Multiplicando 111111111 x 111111111 se obtiene 12345678987654321.
· En la antigua Inglaterra la gente no podía tener sexo sin contar con el consentimiento del Rey (a menos que se tratara de un miembro de la familia real). Cuando la gente quería tener un hijo debían solicitar un permiso al monarca, quien les entregaba una placa que debían colgar afuera de su puerta mientras tenían relaciones. La placa decía "Fornication Under Consent of the King" (F.U.C.K.). Ese es el origen de tan famosa palabrita.
Y así termino mi avalancha de intrascendencia (mal llamada). La levedad mas pesada.
Como todo, en raciones justas y balanceando los pesos, así supongo debo ser de ahora en adelante.
Equilibrio perfecto entre densidad y levedad, allá voy!
Apoyando la pereza:
http://www.leergratis.com/libros-gratis/la-insoportable-levedad-del-ser-milan-kundera.html (para que te lo bajes gratis roño! )