Acabo de salir de una clase de marketing. Éramos 40 alumnos. Se escuchó un estornudo. El profesor no desaprovechó la oportunidad para echarse un broma con esto de la gripe. Pasaron unos minutos y en el otro extremo del aula se escucha otro estornudo. Nuevamente el profe hizo gala de su chispa para caerle bien a los alumnos. Salimos al break. Regresamos y me tocó estornudar a mí (la historia de mi vida, alergias, estornudos, clima de Lima). Ya se sentía la tensión en el ambiente. Había gente haciendo el ademan de taparse la boca con sus casacas. Adivinaron, el docente seguía con sus bromas, asumo que trataba de bajar la tensión. En el transcurso de dos horas casi una decena de estornudos. Que miedo, se nos viene la pandemia. Dicen (¿quien dice?) que no se le debería llamar gripe porcina sino mas bien gripe norteamericana. Y estoy de acuerdo. Sería muy malo desprestigiar a un animal tan noble y bondadoso como el chancho. Él qué culpa tiene. Aunque esto tal vez esto lo beneficie, y no precisamente como el término utilizado en los mataderos (beneficiar a un animal = sacrificio en la industria alimenticia), si no que literalmente le convenga. En Centroamérica ya bajó el consumo de carne de cerdo en un 60%, y esto por la ignorancia del pueblo, porque la gripe no se contagia por el consumo de la misma.

En los últimos dos días me han llegado más de tres correos a varias de mis cuentas, advirtiendo sobre los peligros de la gripe “porcina” y dando recomendaciones para no ser contagiado por este letal virus.
Lo que más me llamó la atención fue un punto en el que mencionan que se debe evitar dar la mano a otras personas o saludarse con un beso en el cachete. Se imaginan un cambio tan radical en nuestra vida cotidiana. Evitar el contacto personal como una manera de sobrevivencia. Casi contra natura.
Antes del VIH la gente podía tener relaciones sexuales libremente, sin restricciones, a diestra y siniestra. Ese virus cambió los hábitos de las personas para siempre (o por lo menos hasta que los laboratorios malditos suelten la vacuna), modificando así sus costumbres sexuales en la medida que deseaban protegerse del mismo.
En el caso que la gripe “porcina” se convierta en pandemia, y debido a su fácil contagio, podría traer consigo fuertes cambios sociales, más allá de los casos mortales. Poniéndonos fatalistas, en un caso extremo, las relaciones humanas se verían amenazadas y las podríamos ver reducidas a su mínima expresión.
Se me hace difícil medir la dimensión real del problema. Creo que la gente sobredimensiona las cosas. Les encanta ser alarmista. Existe un cierto morbo en cundir el pánico. Espero que este sea un caso más de histeria mundial y que no traiga mayores consecuencias.
“..si alguien tiene un problema, ha contraído la gripe porcina, necesita ayuda y puede localizarlo… tal vez pueda contratar al… Dr. Tunche!!!”
PD: Moss, cómo estás? Cómo van las cosas por Méjico? Danos señales de vida por favor!









