El cuerno... de la abundancia

El cuerno de la abundancia es una película cubana y fue la más votada por los espectadores asistentes al festival de cine de Lima. Yo por lo general desconfío del gusto del público, pero en este caso me animé y fui a verla. No me equivoqué, o podría decir más narcisamente, no se equivocó el público.

Ya había visto un par de películas del mismo director (Fresa y Chocolate, Lista de espera) y me gustaron mucho, pero esta, por más que también trata temas importantes de una manera cómica y ligera me pareció que es especial.

Por lo general cuando hablamos de cine latinoamericano, hablamos de un cine comprometido con la realidad de cada país, con una carga social muy grande, develando la problemática social que corresponda. En América Latina no existe un “Holliwood”, aunque ciertamente se hacen películas comerciales, con el único objetivo de entretener, por cierto algunas con resultados menos felices que otras.

Esta película cubana no puede esconder las secuelas de la revolución, y la vida en una sociedad

castrense. Aunque la trama no exponga directamente el tema, la película nos cuenta claramente el sentir de una parte de la gente que vive en cuba. Ese anhelo de salir de su situación actual, de soñar y de la necesidad de creer fuertemente en una posible liberación. Siempre está primero la desconfianza, los indicios de que nada va a cambiar, de que todo seguirá tal cual (no muy bien por cierto) pero la ilusión es tan grande y tan fuerte, que muchas veces traiciona y los hace olvidar la realidad.

Tal vez esta sea explicación de la chispa que tienen los cubanos, de esa sangre de salsa, caliente, fogosa, que vive una realidad paralela de gracia, de humor, de música, de sensualidad. ¿Será para sobrevivir?

En definitiva es una película hilarante (como titulan los críticos gringos algunas películas), muy fresca, casi a modo de las clásicas comedias de equivocaciones, que termina tal cual como empieza, pero que a su vez hace una radiografía política y social de la isla.

Por momentos me hizo recordar al cuento de Julio Ramón Ribeyro, El Banquete. Como es que la situación va in crescendo hasta que llega al punto más álgido, en que todo es prácticamente un caos y luego se derrumba. Casi como una tragedia griega, solo que acá te cagas de la risa.

En el caso del cine peruano, las problemáticas son tratadas de una forma más directa, más dura, más cruda. Todavía no somos capaces de traducir, simbolizar, o hasta parodiar. Creo que cuando se logre eso podremos hablar de un cine peruano más maduro, más inteligente.

Un elemento siempre presente, y creo que es generalizado en todo Latinoamérica, son las tetas. Todo ese floro de que si son desnudos justificados o no me tiene sin cuidado. El público quiere ver tetas. Y en cuba sí que las hay. Al menos Paula Alí y Yoima Valdés dejan bien en alto a las cubanas. Unas mamacitas.

Se me ocurre que si en Cuba hicieran películas como se tratan los temas acá, serian censuradas por Fidel antes que se prenda su siguiente habano, y no verían la luz. De esta manera el cine de la isla ha logrado sobrevivir al régimen y coexistir con él, teniendo inclusive una visión contraria a este. Utilizan el humor para suavizar la crítica. De hecho es una gran válvula de escape, y estoy seguro que el gobierno se tapa un ojo y se enorgullece de su industria (si se puede llamar así) cinematográfica.

En que se convertirá Cuba cuando caiga el régimen. Todos me dicen: “Tienes que ir antes que se muera Fidel, después ya no va a ser lo mismo”. No sé cómo será la verdad, pero al ver esta película sí que provoca darse un saltito por allá, y en especial visitar el pueblo de Yaraguey.

Si quieren ver la película, que la verdad se las recomiendo, tal vez sigue en cartelera. Pero para los que no viven en Perú y son piratas, pueden buscar el “torrent”. También la pueden ver en Youtube, aunque cortada en 11 partes y de calidad más o menos, pero igual vale la pena.

Los dejo con un correo que me llegó hace unos días, y muestra de una manera bastante gráfica, dinámica y sencilla la diferencia entre el modelo socialista y el capitalista, y demuestra claramente por qué uno de estos dos es mejor.

Saquen sus propias conclusiones.

Un profesor de Economía en una Universidad norteamericana hizo nota del hecho que él nunca había jalado a un solo alumno, pero que se había jalado a una clase completa.

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La clase había insistido que el socialismo de Obama sí funcionaba y que nadie iba a ser pobre y nadie iba a ser rico tampoco, un gran ecualizador.

El profesor entonces dijo, "OK, haremos un experimento con el plan Obama con esta clase".

Todas las notas serían promediadas y todos recibirían la misma nota de manera que ningún individuo sería jalado y ninguno recibiría el 100% (Una A).

Después del primer examen, las notas fueron promediadas y todos recibieron una B.

Los estudiantes que habían estudiado duro estaban muy disgustados mientras los que habían estudiado poco, muy felices.

Cuando el tiempo para tomar el segundo examen llegó, los estudiantes que habían estudiado poco, estudiaron menos aun y los que habían estudiado duro decidieron que ellos también querían un "viaje gratis" y estudiaron muy poco.

El promedio del segundo examen fue de una D. Nadie estaba contento entonces.

Cuando llegó el momento del tercer examen, el promedio de notas había bajado a una F (jalados).

Las notas nunca mejoraron, y discusiones, echadas de culpa e insultos crecían más y más, y los malos sentimientos entre ellos resultó en que nadie quería estudiar para el beneficio de otros.

Todos fueron reprobados, para su gran sorpresa, y el profesor les dijo que el socialismo al final también fallara, porque la recompensa es grande, el esfuerzo a ser exitoso es grande, pero cuando el gobierno quita toda clase de recompensa, nadie va a tratar o querrá ser exitoso.