Otra de las cosas que extraño de la Lima de los ochentas y noventas es la Feria del Hogar. Cuando llegaban las fiestas patrias era sinónimo de circos y de feria. Por supuesto que desde chico iba con mi familia, y mis primos de Arequipa venían especialmente para magnánimo evento. Para ellos era realmente como ir a Disneylandia. Me acuerdo que había pabellones donde podías encontrar de todo, casi como lo que hoy es la teleferia. Polos, chucherías, hasta electrodomésticos. Tenías los carros chocones, el pulpo, el gusanito, montaña rusa, la mujer gorila, la casa embrujada y todo ese tipo de atracciones propias de un parque de diversiones de época. Claro que cada vez que te subías a uno de esos juegos mecánicos tenías que encomendarte a Satanás. A media tarde te comías tu buena porción de salchipapas y de allí un zambito con helado tricolor. Cuando se acercaba la noche comenzaba lo bueno: La música. Una verdadera institución era el Gran Estelar. Cuantos artistas de la talla de Héctor Lavoe o de Rubén Blades pasaron por ese escenario. Hombres G, Charly, Celia Cruz, Oscar de León, y tantos otros que ni me acuerdo. Aparte de los clásicos peruanos como Frágil y Rio. Ahora con el Boom de los conciertos ya nos hemos olvidado, pero en aquellas épocas también se traía gente de peso. Nunca me voy a olvidar del memorable concierto de La Orquesta Mondragón. Me puedo jactar y decir que yo los vi en vivo en el gran estelar de la ya difunta Feria del Hogar.
No sé bien porque se dejó de hacer, era un éxito total y además parte fundamental de nuestra peruanidad. Era un gen vital de nuestro ADN que seguramente ya no lo necesitamos y por mera evolución ha desaparecido. Algunos problemas surgieron cuando descubrieron que el dueño de la feria, que además vivía allí, estaba sembrando Hierbabuena, y no precisamente para preparar mojitos. Como siempre acá las autoridades retrogradas y pacatas lo pusieron al pobre en jaque. Finalmente la bonanza comercial de la capital y el desarrollo descomunal de la zona pudieron más que la feria y esta termino convirtiéndose en hipermercado, centro comercial y condominios.
La feria también se hizo famosa por sus comerciales. El otrora conductor de concurso Hugo Plevisani era la imagen de la publicidad. No recuerdo muy bien de que iban los avisos pero la idea era que no se entiendan, sin sentido, con el slogan “Te llama la llama”. No sé que tenía que ver la llama en todo esto pero el hecho es que Hugo aparecía como un loco repitiendo esa frase sin sentido alguno.
Años más tarde, los geniales publicistas argentinos Agulla & Baccetti realizaron una de las campañas más impactantes y emocionantes de todos los tiempos. Yo diría que está en el top 5 de estos genios creativos. Curiosamente la campaña se titula “la llama que llama”. Yo no sé si sacaron la idea de la Feria del Hogar o no, pero la coincidencia me tiene sin cuidado por la brillantez de esta campaña. Es una serie de 21 comerciales para una compañía de teléfonos.
Aquí algunos de los mas resaltantes de toda la tanda, pero sinceramente les recomiendo que se den el tiempo de verlos todos. De hecho unos mejores que otros, algunos con un humor demasiado argentino, pero en conjunto son geniales. Disfrútenlos.
3 comentarios:
Sigues con esos posts de añoranzas! jaja me encantan...cuantos recuerdos.
Lo que si me molesta un poco es el tema del plagio (porque yo lo considero un plagio) de los argentinos (auqneu facil pagaron regalias) . Pero vi un par de los videos y me he reido como loca...muy buenos
besos
Que plagio!!!!!!
Son unos plagieros
Hay algo de los títeres de animales que me provoca risa casi instantáneamente...
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