
Por fin toca mi turno y entro a mi cita. Me moría de ganas de preguntarle al doc. cómo se llama su paciente anterior, pero no me dio la confianza. La cita transcurrió con normalidad. Duró 7 minutos. Salí, me despedí de las secretarias y tomé mi camino de regreso.
En la esquina me detuve en un kiosco a leer los titulares de los periódicos, las portadas. Deporte nacional, gorrearle a las kiosqueras las portadas de los diarios. Nos ganamos con el mejor resumen de noticias en unos pocos minutos, que google news ni nada. Pienso que si todos los congresistas practicaran este deporte podríamos gozar de un congreso alguito mejor.
Seguí mi camino ya bien informado pero todavía no podía acordarme el de donde diantres conocía al bendito cura.
Escucho una chicharra (si como la del chapulín colorado) y volteando la esquina veo un panadero con la tapa de su tremenda caja-triciclo abierta. El capataz de una construcción cercana y un huachimán de la cuadra recibían acariciando, con una servilleta insignificante, un alfajor y un turrón de miel respectivamente. Me acerco a la caja-triciclo y me deleito con un banquete de panes, empanadas, cornucopias de manjar, alfajores, milhojas, guargüeros y por si fuera poco unos chancayes de cagarse. Yo me comí el clásico alfajor (no le vayan a contar al Dr. Sam por favor).
Sigo caminando y vuelve a mi mente la imagen del padrecito, pero sin poder acordarme de su nombre ni de donde lo conocía.
Cruzo la reja para entrar a un parque y veo todo el gras cubierto de un manto de flores amarillas. Sí, las mismas que quedan pegajosas en las veredas y pistas. Ya descubrí como se llaman eso arboles de donde brotan las flores. Tipuanas o Tipas. Son originarios de Argentina pero se encuentran en varios distritos de la capital.
Llego a la puerta de mi departamento y ni el aire freso del parque, ni unos niños jugando, ni unos perros saltando logran inspírame para acordarme del nombre del célibe.
Finalmente entro a mi casa y me siento a ver un rato tele. Paso zapeando y me tropiezo con el canal 11. Lo veo al hermanón (ya venido a menos, algo patético y decadente) hablando de la familia y del play station. De pronto algo inesperado sucede, aparece la cara del cura. Sí, era él, el mismo con el que había compartido bata hace unos minutos. Estaba conversando con el colorado en un programa que se llama A corazón abierto, en el que hablan de la crisis de la familia y hacen interpretaciones eclesiásticas de la vida, la ética y la sociedad. Por fin pude descifrar el enigma de donde lo conocía. Ya luego de un rato de ver el programa, sale una viñeta en la parte inferior izquierda de la pantalla con el nombre del curita que me termina por descifrar el misterio.
Me había puesto la bata del padre Gambeta. Guillermo Oviedo Gambeta.
Hasta el día de hoy sigo viendo ese programa. Más por morbo que por otra cosa. Me parece deprimente pero aun así me gusta verlo. Me entretiene, me divierte. Soy un fiel televidente. Y al parecer no soy el único, ya que si bien no hay un rating que certifique la audiencia del programa, tengo la esperanza de mucha gente sea igual fan que yo.
Alabado sea!

14 comentarios:
Simplemente bizarro
A este tipo lo vi una vez con el papanatas de Belmont (si Mino, yo tambien lo veo...) y me parece el ser mas odioso de la historia de la humanidad. Con esos aires de superioridad y de sabiduria (adquirida por medio del no cuestionamiento .... Fé) aleccionadora hablando tal cantidad de estupideces.
Mino hazme un favor y la proxima vez que se crucen dejale pulgas chupasangre preferiblemente en la zona de la ingle.
hehe
Saudos pelucas
Hahaha Sebastian! no seas malo, pobre el curita!!!!
SOn coincidencias Mino, yo una vez me encontre con el Puma Carranza... plop
mino! debo confesar que me quede pegada con tu historia
y mi apreciación final fue la siguiente...
"ojalá el Dr Sam sea un profesional de la salud mental"
jajaja
saludos compañeros
Lamento defraudarte fiorelita, el Dr. Sam no es un profesional de la salud mental. En todo caso tomo tu apreciacion como un cumplido, gracias!
Ay, no conozco de nada a ése señor cura, por acá no se ve el canal de Belmont. Pero Mino, la vida te deparó la sorpresa de compartir una prenda con quien seguramente no compartes ni una sola idea, eh?. Eso sí, no diré una palabra al doctor Sam acerca de tu asalto al triciclo del panadero con la condición que lo mandes para acá y bien surtido además. Qué antojos!...Pregunta Tunchecito, se podrá ser madre a los ochenta? (la ciencia avanza tanto) porque estos antojos están muy sospechosos, ah?.
Abrazos, Pelucas
El padre Oviedo Gambetta se ha convertido en una obsesión para el Mino, me está empezando a preocupar.
Como escribió hace un tiempo Luciano (por cierto donde andará):
¨Las coincidencias son igual de increíbles que las no coincidencias¨.
Triana: Antojos sospechosos, sensibilidad exagerada, nauseas matutinas.... Felicidades!!!!
Eso, ande andará Luciano?.
Tunchecito, como no sea un alien....
Saludos
p.d: Mino, Cosmo se recuperó totalmente?.
Triana, tu siempre tan maternal, gracias por preguntar. Cosmito esta bien, ya totalmente recuperado y mas engreido que nunca.
Es la primera entrada que leo de El Minotauro y a buena hora que la leo... me antoje de un "clásico alfajor" aunque creo nunca haberlo probado en mi vida.
Lo curioso es que siendo un fiel televidente de ése programa no recordaras el nombre del Cura Minutauro...
Pero como siempre ha sido un gusto pasar por acá. La sonrisa se terminó de hacer gigante en mi cara cuando vi que mi blog está entre sus links :)
Un abrazo!!
Es una linda noticia, Mino.
Saludos
Nos gusta lo que escribes -M- un placer tenerte y que nos tengas.
Un beso
Ante todo una reverencia a mi "OH!" Todopoderoso Dios Tunche.
Luego para comentar, que me estresan los padres (curitas).. Siempre yo con mis comentarios tan... coherentes.
Que chevere que Cosmito este bien.
Luciano, esta haciendo algo que le resulta muy díficil, mientras enseña en la universidad. Ser decente xD!
QUIERO SER PELUCAAA!
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