
Una vez cuando era chico traté de hacer un espejo. Encontré uno en mi casa y me puse a observarlo para reproducirlo. Descubrí que era un pedazo de vidrio pintado por un lado con una pintura de color plata. Junté mi propina y me fui de compras a la ferretería del barrio. Compré un trozo de vidrio y pintura gris. Regresé muy ilusionado. Comencé a trabajar. Cuando creí que había terminado, me miré al espejo recién hecho, y lo único que vi reflejado fue mi frustración. Años más tarde entendí que el proceso de fabricar un espejo era bastante más complejo del que yo pensaba. Por algún motivo empecé a descubrir la magia que esconden detrás los espejos.
Dicen (¿quién dice?) que los espejos reflejan la verdad, y que cuando uno se mira en ellos no puede escapar de ella. Es cierto que el espejo refleja exactamente lo que se le pone en frente, es la física la que explica este fenómeno, de cómo es que la luz incide en estos objetos y se genera la reflexión. ¿Sin embargo lo que nosotros vemos reflejado es siempre real? Tal vez esta pueda llegar a ser una pregunta retórica, porque pienso que la realidad es lo que uno ve, y no lo que un otro te pueda decir que es, como en el caso de un espejo. Pero de todos modos me parece importante contar con un objeto que nos muestre y nos refleje lo que somos, o al menos una referencia de lo que somos. Aunque a veces puede tener sus riesgos, ya que si nos acercamos mucho, tanto que solo veamos nuestro interior a través de nuestras pupilas, podríamos convertirnos en seres ajenos al entorno. Algo así como la idea del narcisismo, pensando solo en nosotros, incapaces de relacionarnos con los demás.
Lacan desarrolla toda una teoría llamada el estadio del espejo, explicando lo fundamental que es el proceso de reconocerse en “el espejo” para la construcción del “yo”. (Tal vez ahora todos nuestros lectores terapeutas puedan ilustrarnos y profundizar más en este tema)
Pero el espejo también cobra una dimensión social y cultural bastante importante. Blanca nieves (donde se ve representado como fuente de verdad) y Alicia en el país de las maravillas (donde se ve representado como mediador entre una dimensión y otra) son algunos ejemplos de cómo el espejo ha sido utilizado con una gran carga simbólica en la literatura popular. En algunas culturas se piensa que los espíritus tienen la capacidad de transitar por los espejos, de allí supongo la idea esta de un mediador entre dimensiones o realidades. Es por eso que cuando alguien muere, se tapan todos los espejos de la casa.
¿Alguien ha roto un espejo alguna vez? ¿Y los 7 años de mala suerte? ¿Cómo les fue? Yo en realidad no soy supersticioso, hace casi un año que manejo con el espejo retrovisor del carro hecho añicos y todavía no lo cambio (por dejadez o quizá por superstición). La gente que se sube a mi carro me pregunta cómo se rompió, pero nadie nunca me ha mencionado el tema de la mala suerte. Seguro que ahora me ponen una multa por andar con el retrovisor roto (como buen caserito de los tombos, ahora que se están poniendo ricos con esto del nuevo reglamente de transito). “Objects in the rear view mirror are closer than may appear” no te confundas, la canción de Meatloaf es al revés.
Y no se olviden que ascensor sin espejo va más lento.
Los dejo con un vídeo para que se diviertan.