Iluso él, perdió la fuente de su poder sobrehumano, la peluca. Dalila un día la cambió por un cartón de cigarros, y así llego a nuestras manos, previa coima de ley. Yo (aka El Tunche) y mi hermano gemelo de distinta madre y padre (aka El Minotauro), contamos con la pelucadesansón, la cual nos adjudica el poder y derecho divino de criticar, joder y pastrulear a quemarropa. Tú! ven y hazte acreedor de alguna mecha de la peluca, poder infinito de opinar y divagar libremente. NO LO LEASSSSS

14.12.08

Selmer Bundy II

Cuando niño, mis padres siempre trataron de incentivar mi desarrollo en diversas áreas. Clases de fútbol (tenia mis chimpunes cubillas), natación, tenis, Tae Kwon Do, ceramica, inglés, coordinación motora fina, etc. Por algún motivo que desconozco, ninguna de esas clases era de mi agrado. Siempre iba a regañadientes, pensando en alguna excusa para evadirlas, y por eso nunca duraba más de dos meses en ellas.

Por suerte (buena o mala, no lo se) mis padres fueron perseverantes y decidieron que era momento de mostrarme el mundo de la música. Me compraron un SAXOFÓN.

Genial, no podían haber escogido una guitarra, un piano o una batería. Algún instrumento un poco más fácil de llevar, más común, que me haga popular entre las chicas de mi clase. No. Tenía que ser este hermoso instrumento de viento, todo dorado, que venía en una caja forrada con terciopelo. Ideal para un niño descordinado de 9 años que iba a tener que cargar esa caja que con los años se iba a volver mas liviana pero que en ese momento era como llevar un maletín largo lleno de plomo.

Pues bien, el alargado maletín permanecio cerrado varios meses mientras mis padres encontraban un profesor que me enseñe a soplar algunas notas. De vez en cuando yo lo abría para contemplar el resplandeciente instrumento. Me lo colgaba del cuello y hacia toda la mímica como si estuviera tocando (ojos cerrados, melancólico, levantando el saxo de cuando en cuando). No tenia idea de la complejidad del susodicho.

Hasta que un día, y de pura casualidad, apareció el Profesor Sanz (Q.E.P.D). Un viejito entrañable que se ganaba la vida haciendo bolos (chambas en jerga de músicos) con un cuarteto en hoteles y restaurantes limeños, y claro, ahora tenia un nuevo alumno.

Las clases eran bastante discretas, es decir, me enseñó a armar el saxo (ya dije que es un instrumento complejo), las posiciones de las notas y listo. Cada clase me enseñaba una nueva canción, y supuestamente yo tenia que practicar durante la semana, cosa que nunca sucedió. Nada de técnica, respiración, leer música, cero balas. Y así estuve casi 2 años, llenándome de partituras como la contamanina, el sonido del silencio, el chavetero, se va se va la lancha, let it be, la chica de ipanema, yesterday, solamente una vez, entre otros grandes clasicos nuevaoleros. Quien sabe donde estará hoy todo ese montón de papeles rayados con anotaciones, llaves, sostenidos, semicorcheas y alguno que otro dibujo obseno que yo hacia fuera de horas de clase. De todas las piezas que aprendí, la única que recuerdo de memoria, hasta el día de hoy es: Oh, When The Saints Go Marching In (Do Mi Fa Soooool, Do Mi Fa Soooool, Do Mi Fa Sol Mi Do Mi Reeeee, Mi Mi Re Dooooo, Mi Sol Sol Faaaa, Fa Mi Fa Sol Mi Do Re Dooooo).

Hasta que un día (siempre llega el dia) un riñon nos jugó una mala pasada y el querido profesor Sanz se fue a tocar su saxo junto con John Coltrane y Stan Getz.

El maletín alargado permanecio cerrado por casi 20 año. Ahora, ya más liviano, se ha vuelto a abrir para comenzar a sonar nuevamente.

La música reanima el espíritu y ejercita la mente. En mi caso contribuye directamente con mi coordinación motora, y además me hace sentir bien. Es como hacer deporte, como mirar al cielo, como escribir, como cocinar.
Ahora retomo el saxofón, y esto no hubiera sido posible si cuando niño me hubieran comprado quizá una guitarra, un piano o una batería.

Gracias a Producciones Angel

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Asi que tu tambien has sido victima de esos padres enemigos del tiempo libre durante la infancia. Te comprendo Minotauro, yo sufri lo mismo. No fue saxofon, fue violin.
Supongo que fueron al menos mas originales que la mayoria no? el saxo no es muy comun entre los enemigos de la vagancia.

Viva la vagancia infantil!

Anónimo dijo...

YO TAMBIEN TENIA MIS CHIMPUNES CUBILLAS!!!

Anónimo dijo...

Qué lindo Mino, así que retomas tus otroras actividades musicales. Siendo la vida tan amplia, veo que siempre habrá oportunidad para detenernos en los momentos más agradables, porque si en su tiempo te provocaron algo de fastidio, seguramente hoy te traen recuerdos muy bonitos.
Y sí, Denise, los padres tenemos una especie de fijación con el tiempo libre de los hijos, y las vacaciones nos producen hasta urticaria porque ya vemos que son horas interminables frente a la tele o la compu.
Estuve pensando si algo de eso hicieran con nosotros los hijos cuando tuviéramos vacaciones, de cajón nos mandaban unas horitas a la escuela para padres o sino, a unas clasecitas de cocina (sí viejita, para variar el menú pe'). En fin, me gustó mucho tu post Mino, y a ver si hay una presentación más adelante, no?.

Saludos musicales, pelucas.

fiorella dijo...

eyy, me senti superidentificada con tu post mino!
lo mio fue piano... clásico por muchos años, luego me "revelé" para tocar música que me gustaba más, luego lo inevitable: LO DEJÉ
y hasta el dia de hoy el piano es un conflicto para mí.
Creo en mi caso representa muchas etapas difíciles que quizás SI PUES... AUN NO SUPERO Y??? jajaja, pero como todo se transforma ahora tengo una flauta traversa que espero me deje aprender a incorporarla a mi aire y mi alma...

suerte con el saxo y quizás para poner contenta a trianita nos juntemos algún dia a tocar mino!

fiorella dijo...

ahhh y aplausos para Elmer!!!

Anónimo dijo...

Oda al meloviento

Espejismo ondulante de vibraciones atrevidas.
Irrefrenable pulso de melodia, se interna en mi mente como una pupa y su polilla.

De adentro para afuera, de afuera para adentro,
se contradice solo el viento.
Como un espectro fantasmal que activa el instrumento,
ayuda a liberar los mas sanos sentimientos.

Elmer nos abriga, con su extraña melodia.
El Mino endulzando con su soplo al mediodia.

El Tunche dijo...

Inevitable la identificaciòn hermano. Ràpido mi simil.
Mi hermana(en una de sus mùltiples aventuras inconclusas) pidiò clases de guitarra. Yo chibolito sapeando la primera clase a lo lejos.
Segunda clase, mi hermana renuncia irrevocablemente. Yo, como buen suplente, entro al ruedo.
Me quede como 10 años en las clases.

Gracias a mi hermana y sus aventuras inconclusas.

Anónimo dijo...

Me sorprendes Méndez!... Veo que la peluca se está convirtiendo en una convención de artistas. Está chévere eso. El poetaurbano podría componer los temas y listo el pollo!...condiciones le sobran.
Tunchecito, por ahí leí que lo haces muy bien además. Congratulations.
Bueno, yo también tuve una corta/fugaz/efímera/intrascendente experiencia con la guitarra. Pasó que un aciago día el profesor me la pidió prestada, total que parece que el tío se pegó una entre pecho y espalda, que no sabía ni de su vida, menos de la guitarra está demás decir. Me imagino que saliendo de la peña, rodó por un despeñadero (trabalenguas a la vista), a juzgar por el estado en que quedó el instrumento. Y bueno, esta fue: la increíble y triste historia de la cándida Triana y su madre desalmada, sí, porque en una el aprendiz de bohemio (léase profesor), pasó a engrosar la fila de los desocupados.

Abrazos, pelucas

Fiore: "...Me deje aprender a incorporarla a mi aire y mi alma".....

Me encantó!

Anónimo dijo...

Me olvidé: otro aplauso para Elmer y su saxo que llora.

Anónimo dijo...

Y porque no forman una banda??
Mi Tunche la guitarra, el Mino el Saxo y completan con lo que puedan.
Yo iria al recital hasta Peru sin dudarlo.
Sere la groupie oficial. Obvio que ya saben a quien acosaria. haha

Espero con ansias el primer single de la peluca.
Besos y otro para VOSSSS