Iluso él, perdió la fuente de su poder sobrehumano, la peluca. Dalila un día la cambió por un cartón de cigarros, y así llego a nuestras manos, previa coima de ley. Yo (aka El Tunche) y mi hermano gemelo de distinta madre y padre (aka El Minotauro), contamos con la pelucadesansón, la cual nos adjudica el poder y derecho divino de criticar, joder y pastrulear a quemarropa. Tú! ven y hazte acreedor de alguna mecha de la peluca, poder infinito de opinar y divagar libremente. NO LO LEASSSSS

26.5.11

Boleta no más

El fin de semana pasado estuve almorzando en un conocido restaurante en el distrito de Ate Vitarte. Allí nos atendió una joven señorita muy amable. Cuando nos trajo la cuenta, y mientras esperaba a que cada uno saque de su billetera sus chivilines, alguien le hizo la pregunta de rigor que se hace por estas fechas: “¿Por quién vas a votar?”. A lo que la chica contestó con firmeza y sin chistar: “Por Keiko”. Por algún motivo que desconozco se hizo un silencio, pero inmediatamente alguien lo rompió diciendo: “Ah, nosotros vamos a votar por Humala” (afirmación efímera carente de escrutinio). La moza se fue con la cuenta en mano y cuando regresó con el vuelto nos increpó muy respetuosa aunque frontalmente: “¿Uds. lo conocen?” – nos miramos desconcertados – “¿Uds. conocen a Humala personalmente?” – volvió a increpar – “pues yo sí. Yo lo he atendido hace unos meses (antes de la 1era vuelta), se sentó con toda su gente en esa mesa de allá (señalándonos el lugar exacto con el porta cuentas), y puedo decirles que ha sido el peor cliente que he atendido en toda mi vida. Un prepotente. Nos trató peor que a esclavos. Nos gritaba por nada. Nos tiró 2 soles en la mesa y nos dijo, repártanse, y eso que habíamos sido 5 los que lo habíamos atendido. Y al final sacó sus tapers los empezó a llenar con comida para llevarse a su casa. En serio el peor cliente de mi vida. Yo no puedo votar por una persona así, que estoy segura que así es como va a tratar al país si sale presidente”.

Me queda claro que la opinión de esta joven importa poco o nada en la decisión para elegir a un presidente (frente a otras denuncias, afirmaciones o hechos comprobados esta es una anécdota más inofensiva que una hormiga en el cuello de un elefante), sin embargo es un testimonio de 1era fuente, bastante creíble (le creo más a la moza que a cualquiera de los 2 candidatos) que lo pinta de cuerpo entero al comandante Humala y del cual no es descabellado hacer la misma inferencia que nos propone la joven de cómo actuaría él de llegar a la presidencia (igual dicen que a los peruanos nos gusta que nos traten así, con mano dura, sarna con gusto no pica).

Esto no me lo contaron los noticieros, no fue una cadena de facebook sobre un episodio similar en un avión de LAN, no lo leí en el Comercio ni lo vi en canal N y tampoco me lo conto Alditus. Este episodio lo viví, de 1era fuente, y me ha terminado de ayudar en decidir mi voto. Pero no se asusten, porque tampoco pienso votar por el fujimorismo (seamos claros de una vez, Keiko es tan sólo la fachada de AF y de toda la mafia que nos gobernó en los noventas y nos gobernará si ella sale elegida, prácticamente estamos eligiendo a la primera dama).

Pero cómo, si no vas a votar por El Comandante Humala y tampoco vas a votar por El Reo Fujimori, ¿Por quién vas a votar? No he decidido aun si voy a ir a votar. Si voto, no he decidido aun si voy a escribir “váyanse a la concha de su madre” o “muéranse todos los políticos” (está claro que los cachos a Humala y la chivita a Keiko van de cajón). Pero si no votas (o votas viciado) después con que conciencia vas a exigirle al presidente “yo voté por ti, respeta mis derechos” (¿alguna puta vez han ido a exigirle algo a las autoridades electas?). No puedes votar viciado, tienes que decidirte por alguno de los dos, igual uno de ellos va a salir elegido. Es el momento de tomar partido, aunque no nos guste. CACADETORO!

Yo voto por la dignidad y contra la clase política. Es un voto de protesta. Acepto que vivo en un país cuyas cualidades nos han puesto en esta situación, pero me dan arcadas sólo de pensar que uno de esos dos esperpentos será por los próximos 5 años el presidente de Perú – Perú (en Nebraska los gringos van a seguir más tranquilos que mojón en wáter malogrado). Denme el voto voluntario de una buena vez. Dejaré que las mayorías decidan el destino del país como ha sido siempre y prometo que no le pasaré la factura a nadie de mi concienzuda decisión. ¡Mozo…. La cuenta…. Boleta no más!


17.5.11

Recuerdo de mi futuro


Despierto temprano cuando todavía está oscuro. Me levanto de la cama cuidando de no despertar a mi esposa. Siento una rigidez tremenda  en las articulaciones está mañana, sobre todo en las manos. Cada día me cuesta más este proceso  -antes mecánico e intrascendente, hoy premeditado y fastidioso-. Creo que solo dormí cuatro horas. Me pongo mis guantes de lana y una chalina sobre mi pijama de polar. Camino el largo pasillo que me lleva a las escaleras, no sin antes ojear –como cada mañana- el mosaico de fotos en la pared; veo a mis hijos y a mis nietos, desde hace tres meses ya son nueve, veo las fotos de mis padres y mis hermanos. Ya llegando al primer escalón pienso que ese trayecto es casi siempre la mejor parte de mi día. Bajo un peldaño a la vez, concentrado en cada centímetro de madera -ya aprendí la lección luego de mi última caída-, en ese momento no existe nada más en el mundo que esos peldaños restantes. Recorro lo poco que me separa de la sala y me siento en mi trajinado sofá para leer los últimos capítulos del manuscrito de la tercera novela de mi hija menor. Me gusta. Es un policial de hadas. Pienso que de mi definitivamente solo heredó la boca y las cejas. Amanece y abro las cortinas. La misma garúa corrosiva que tanto me gusta se trasluce por el vidrio. Desayunó sin ganas y subo para una ducha. Me veo al espejo y no me reconozco; la piel está gastada, como cuero sin curtir. Esa arruga no la tenía ayer, o eso creo. El poco pelo que corona mi cabeza se olvidó de su intenso color para convertirse en un lanugo blanquecino. Mis orejas nunca fueron tan grandes-me digo-, la nariz si, pero no se asomaba una especie de cepillo por sus orificios. Me miro a los ojos, y me encuentro. Detrás del exceso de piel y de esos párpados caídos me veo; veo a la persona joven que alguna vez fui, con las ganas y sus miedos. Todas mis mañanas empiezan con resignación ante lo inevitable, sabiendo que el cuerpo se me va desgastando cada día, pero en ese momento de cada mañana en que me miro al espejo y me encuentro, me lleno de calma y sé que todo está bien.

11.5.11

Kolluntura

El Tunche me dice: - “Oe Mino, coyuntura, coyuntura”. Lo miro, y sin hablar, le pregunto de qué me habla. - “Un tema de coyuntura, no sabes cómo levanta la audiencia de la peluca, con mis últimos posts políticos la gente se ha calentado”. Tal vez estoy cometiendo una infidencia y espero no altere nuestra audiencia, pero el comentario del Tunche se quedó dando vueltas en mi cabeza. Para empezar, hace un mes (desde el 11 de abril) que no leo periódicos ni veo noticieros ni escucho RPP ni Radio Capital. Si paso por un kiosco me tapo un ojo y sólo leo las portadas de los periódicos deportivos. De que coyuntura puedo escribir, si no estoy informado de nada. Por otro lado, que atractivo tiene esto de tertuliar sobre los temas que están sobre el tapete, porqué moviliza tanto a las personas? No tengo una respuesta, pero por supuesto la gente que entiende de moda y probablemente los de Apple tengan muy claro este fenómeno.

Yo prefiero pensar en un mundo más personalizado, creando mi propio microcosmos y en cierta forma aislándome conscientemente. Siendo selectivo con la información que quiero obtener, con las personas que me quiero rodear (no puedes evitar que la gente te comience a hablar de política) y de mis propios intereses. Sin pensarlo mucho, el último mes ha sido para mí un buen experimento, me he sentido en algunas ocasiones un granjero de Peru Nebraska, desconectado del mundo en común, escuchando noticias con semanas de atraso, algunas que ya lo dejaron de ser y otras q por supuesto lo siguen siendo. Pero por otra parte me he sentido muy bien, más relajado, menos angustiado y más conectado conmigo mismo y con mi propia realidad. Cuando me dicen: -“Pero tienes que estar informado, tienes que saber qué pasa en el mundo, tienes que conectarte con la realidad”-, yo me pregunto: - ¿Qué realidad? La realidad que los demás quieren que yo tenga, el miedo, la angustia, la incertidumbre, la alegría por la muerte de un maldito, la emoción por la boda de una inglesa, la incertidumbre por un pobre muchacho desaparecido. ¿Esa es la realidad que yo quiero? Yo quiero tener mi propia realidad. Ser el director de mi propio noticiero. Ya lo he parafraseado a Borges anteriormente cuando sostiene que sus relatos son un reflejo de la realidad, o mejor dicho de su realidad, que finalmente es lo mismo.

No puedo negar que me pica el ojo para leer las portadas de todos los periódicos, o que de veces en cuando lo leo al periodista más odiado del medio (y no me refiero a Hildebrandt) o que gorreé un rato la sección Luces del domingo. Pero en todo caso estoy haciendo una selección bastante personal y no me estoy atragantando con las hordas mediáticas en el desayuno.

Los medios están controlados por grupos de interés que quieren que nos enteremos de lo que a ellos les conviene que nos enteremos, o generarnos las emociones que ellos necesitan para que actuemos en masa como hormigas en función de sus intereses supremos.

Yo no sé si esto sea un tema de coyuntura, y tal vez baje la audiencia de la peluca, pero en todo caso, esté es mi coyuntura.

“Como siempre lo urgente no deja tiempo para lo importante”- Gracias Mafalda por regalarme una de las frases más geniales de la historia.


6.5.11

Keiko ni muerto



¿ Alguien puede exigirme que vote por esto?


Como ya escribí anteriormente, no votaré por ninguno de los candidatos en cuestión. Pero algo bastante peculiar ha sucedido luego que dejé clara mi posición. He recibido decenas de mails, mensajes en facebook, llamadas telefónicas y referencias de terceros. La mayoría de ellos tenían un tinte de indignación. ¡¿Como es posible que no votes por Fujimori?! Otros eran más bien una especie llamado a la (mi) conciencia con aires de estar haciéndome un favor al ¨explicarme¨ que pasaría si gana Humala. Y los demás son insultos, calificativos y hasta una que otra amenaza.
Todo esto me hizo pensar dos cosas:
1) Me quedé gratamente impresionado de la llegada de esta su humilde tribuna (mes a mes aumentan las visitas).
2) Termine de convencerme que la ¨elite¨ limeña en promedio ha leído dos libros (LosCachorros/Los jefes de VLL y Paula de Isabel Allende). Me aventuraría a decir que es la élite  menos ilustrada y más inculta de Sudamerica.

Para que de una vez  termine este intento de ¨evangelización¨ que quieren hacer conmigo -esto es, que vote por la hija del dictador- voy a transcribir una columna de César Hildebrandt publicada hoy en su semanario Hildebrandt en sus trece. Allí expone exactamente el porque yo , y calculo que mucha gente más, se niega a votar por Fujimori bajo ninguna circunstancia.
Si eres fujimorista recomiendo que bajes tus revoluciones y lo leas (dale es menos de una página), tal vez llegues a entender que todos esos intelectuales creídos, o esos pelotudos ¨principistas¨ (como les llama el gurú aldito), ó esos cholos brutos, que no votaremos por Fujimori, tenemos algo que puede que para ti no sea tan importante como tu cuenta bancaria: dignidad.
Provecho.

Qué les diremos
Por Cesar Hildebrandt


A mí lo que me preocupa es qué les vamos a decir a los jóvenes inteligentes e ilustrados (claro que los hay) si Keiko Fujimori como parece que podría suceder, llega a la presidencia.
- ¿No es esta señora la hija de un señor que está condenado a la cárcel por asesino y ladrón?- preguntará el joven.
Sí -le diremos. Pero los hijos no heredan defectos de sus padres. Tú, por ejemplo, eres más inteligente que tu padre.
- Ya sé que los niños no heredan los defectos de los padres. ¿Pero no es cierto que la señora Keiko ha dicho que el de su padre fue el mejor gobierno de la historia del Perú?¿No pidió para su padre, el otro día, ¨un aplauso tan fuerte que se escuche hasta la DIROES¨? - preguntará el joven.
- Sí, pero eso lo hace por amor filial- disimularemos.
- ¿Y no es cierto que el 90 por ciento de la gente que acompaña a la señora Keiko es la misma gente que acompañó, entre robos y crímenes de lesa humanidad, a su papá?
- Sí, pero todos podemos cambiar -diremos.
- Ya se que podemos cambiar -insistirá el joven. Pero, entonces, ¿porque el señor Souza o la señora Chávez siguen diciendo que los jueces que condenaron al señor Fujimori tendrán que pagar por lo que hicieron? ¿Ha cambiado el señor Trelles cuando dice que Fujimori pasará a la historia como el hombre que derrotó a la barbarie y que la democracia a veces puede interrumpirse, cuando la patria lo demanda?
- Pero esas son opiniones -nos defenderemos.
- Pero, al fin y al cabo, lo de Hitler también era una opinión -dirá el joven, entree irónico y fulmíneo.
Y en ese momento sentiremos vergüenza. Asco y vergüenza. Y ya no diremos nada. Y trataremos de salir de la escena. Pero como la juventud es divina pero inmensamente cruel, entonces el joven cogerá una manga de nuestra chaqueta, nos hará voltear y nos preguntará demostrando que lee y que se interesa por la historia:
-¿Puede usted decirme si algún hijo de Anastasio Somoza fue presidente?
- No.Ninguno.
-¿Y algún hijo de Trujillo?
- Tampoco.
- ¿Y de Pérez Jiménez?
- No. Pero, ¿a donde quieres llegar?
- A que somos muy especiales, ¿verdad?
Y nos pondremos rojos. De vergüenza. De vergüenza y asco. Y volveremos a irnos y a callarnos.
Entonces el joven, casi a gritos, nos preguntará más corrosivo que nunca:
- ¿No nos dijo usted que las elecciones servían también para medir la dignidad de un pueblo?
Y no tendremos nada que decir.