EPIC BATTLE , chapter I (Así se escribe la historia)

A mi siempre me ha gustado la historia, desde el colegio, por más que nunca fui un destacado alumno y eso lo pueden dar fé mis compañeros de aula.
Me sentaba en las carpetas de atrás y metia chacota, pero en mi aparente desconcierto y desinteres hacia lo que oía salir de las laringes de mis profesores, siempre exisitió un prurito de curiosidad hacia lo que contaban estos mártires de la educación (mártires como Víctor).
Sentía interés y sobre todo confusión, al no entender como funcioria el mundo y las sociedades en la época de los griegos, los romanos, los otomanos, los bárbaros, los Hunos, los otros,los incas y de todos esos nombres que aparecen en los títulos de los libros insufribles de historia (mis formales disculpas a Pablo Macera).
Pero en especial sentia un cierto morbo por las grandes batallas de la historia. Siempre me imaginaba como hubiera sido participar en ellas, ver gente morir (eso si lo he vivido pero en otros contextos), matar gente y cometer atrocidades totalmente convencido que lo que hacía en ese momento era lo que debia hacer, mientras empuñaba mi espada en un movimiento de ataque rumbo a la garganta de mi rival , con la cara ensangrentada (que con suerte no hubiera sido la sangre propia) y mis glandulas suprarrenales trabajando en frenesí (Allí es donde se produce la adrenalina.... todos deberian saber eso!!! ignorantes)
No creo que hubiera disfrutado vivir una situación así, pero la curiosidad siempre estuvo/está.

Bueno, yo siempre he creído que si uno piensa mucho en algo es muy probable que se cumpla, como cuando en algún verano de niño, aburrido en casa, añorabas esuchar la corneta estruendosa indicativa que otro mártir (como Víctor y mis profesores) pedaleante, empujando un contenedor amarillo cargado de alegria infantil congelada, súbitamente hacia su aparición.


Y debo confesar que se cumplió este anhelo no anhelado. No sé como, probablemente en alguna situación onírica bajo mi frasada, fuí participe de una batalla épica que me gustaria contar.
Como todo sueño, las imágenes y recuerdos son borrosos, fluctuantes y a veces no correlativos en el tiempo asi que sabran comprender.
Yo pertenecia al bando invasor, la misión era penetrar tierra ajena, enfrentarnos al batallon local y salir luego de una corta pero intensa lucha victoriosos o por lo menos con la frente en alto.
Ah , me olvidaba, en esta batalla épica no existirian armas ni asesinatos (en teoria) solo existirian 11 guerreros por bando persiguiendo una esfera de piel de vacuno provistos de sandalias con clavos romos incrustados.
Llegamos a estas tierras, pero al hacer el recuento de nuestras filas nos dimos con la sorpresa que nos faltaba un guerrero. Trás el inicial choque emocional que esto significó finalmente solo aumentó nuestra moral (eramos unas fieras enjauladas). Aunque era claro que la hostilidad del entorno y nuestra inferioridad numérica eran factores a considerar.
Una vez empezada la contienda, se tornó rapidamente en una encarnizada lucha, leal, pero aguerrida y como toda batalla épica en la historia, nadie queria irse perdedor. El perdedor no es recordado en los libros de historia, o al menos nadie se acuerda de ellos.
Aún estando batallando con menos fieras, nos dimos maña para avanzar y ubicarnos en una posición aventajada, lo cual genero en los guerreros del frente una ansiedad que se tradujo en mayor rudeza y ferocidad en sus embates hacia nosotros.

Pero concientes de nuestro potencial lugar en la historia (por ende en los libros de Pablo Macera), continuamos el embate, cual león contra su presa, logrando nuevamente un avance que sería la ventaja definitiva . La frustración ocasionada por nuestro logro en el campo fue intolerable para nuestros rivales de turno, más aún viendose derrotados en su propio terruño.
Mi fiero batallón, comandado brillantemente, habia logrado adentrarse en parajes inhóspitos, rodeados de una cuantiosa poblacion electricamente cargada (carga negativa obviamente), en evidente déficit numérico pero con un superavit genital (huevos) nunca antes visto. Habiamos logrado lo que pocos pensaban, cosa que le daba mas sabor, sabor a gloria eterna.
Yo calculo (sin ninguna prueba) que lo narrado hasta ahora habrá sido soñado aproximadamente de 2:00am hasta las 3:30 am, y me hubiera encantado tener una grabacion mia en esos momentos para asi poder contemplar mis diversos gestos en esa hora y media. Dientes apretados, gestos de dolor pero finalmente una sonrisa con un líquido dulce (miel) goteando por la comisura de mis labios.
Pero este sueño tuvo un giro casi instantaneo, que me borró la sonrisa, me limpio la miel y me hizo volver a apretar los dientes y otras estructuras anatómicas (todo eso temporalmente). Y lo que es mas interesante; fue tan intenso lo que se vino, que me ha hecho dudar si es que realmente fue un sueño ó si efectivamente fuí protagonista de dicha épica batalla en pleno estado de vigilia y conciencia.
Desde marcas en la piel cual stigma, hasta flashbacks vívidos a la hora del almuerzo.

No sé, sigo dudando, tal vez Buñuel o Dali entenderian mejor que yo esto, pero tendre que descifrarlo por mi cuenta.

¿La Odisea y la Iliada son 2 obras no? entónces , siguiendo a Homero (no Simpson, no Cristalli, ojo) dejaré la segunda parte de la narración de la batalla épica para mi siguiente post.

CONTINUARÁ... (se viene el desenlace conmovedor).




nota: Un tal Stanley kubrick me contactó ayer a eso de las 3:38am hora local (desdes 3 metros bajo tierra), también mientras dormia, para ofrecerme llevar este capítulo de la historia a la gran pantalla.... lo estoy pensando.