Iluso él, perdió la fuente de su poder sobrehumano, la peluca. Dalila un día la cambió por un cartón de cigarros, y así llego a nuestras manos, previa coima de ley. Yo (aka El Tunche) y mi hermano gemelo de distinta madre y padre (aka El Minotauro), contamos con la pelucadesansón, la cual nos adjudica el poder y derecho divino de criticar, joder y pastrulear a quemarropa. Tú! ven y hazte acreedor de alguna mecha de la peluca, poder infinito de opinar y divagar libremente. NO LO LEASSSSS

14.1.10

No Cumpleaños

Desperté muy temprano, cuando noté que había sido invitado al no cumpleaños sin enterarme. La invitación la había recibido hace 8 años. Siempre los había celebrado de alguna manera, pero esta vez iba a ser diferente, no me había enterado.

Coraje: Sentado en la silla del juez estaba Valentín con su flauta. Tendría unos 10 años y síndrome de Down. Cada punto lo gritaba descoordinadamente. Su angustia fluía libremente por su garganta para convertirse en gritos y gemidos de desesperación. No podía quedarse quieto ni callado. Para mí no era habitual ese tipo de manifestaciones por lo que me llegaba a incomodar. Yo seguí jugando igual de mal, pero no podía evitar angustiarme un poco. Después del matchpoint me senté en una banca para rehidratarme. Valentín me siguió con la mirada girando todo su cuello. Los gritos y gemidos no paraban de retumbar mis oídos y mi alma. Muy cuidadosamente le pregunte si sabía tocar la flauta, y si le gustaría tocar alguna melodía. Haciendo un pequeño gesto accediendo a mi petición, posó la flauta sobre sus labios y comenzó a tocar. Llegó la tranquilidad y el descanso. Todo se calmó. Si bien las melodías no eran de lo más armónicas, apaciguaron las angustias de todos y por un momento trajeron paz a la cancha de arcilla. Pasados los minutos Valentín terminó su serenata y no faltaron los aplausos y los bravos. Había sido un momento muy enternecedor. Me despedí de él y me regaló una gran sonrisa. Le pedí que siga practicando y me fui.

Fragilidad: Veo pasar por mi ventada una vieja. Para que le agarren cariño diré mejor, una viejita. Le calculo unos 80 años, tal vez más. Vestida con un vestido muy elegante de color morado. Pelo blanco perla con tonos morados probablemente a causa del reflejo del vestido. Todas las joyas de la corona entre collar, aretes y anillos. Calzaba tacones gruesos y cerrados pero tacones al fin. Por la distancia no podía oler nada pero podría jurarles que por lo menos llevaba encima medio frasco de perfume de glucosa. La señora con las justas podía caminar, y si no fuera por las dos enfermeras que cual marioneta la hacían desplazarse lentamente por la vereda, la viejita estaría bien sentada en su sofá esperando que caiga la noche en compañía de su canario.

Risa: Parado en una luz roja veo a través de la ventana de un Subaru Impresa una chica bastante simpática, andaba en sus “mid-twenties”. Por alguna razón me quedé mirándola, pero ella no se percató que yo la estaba observando. De pronto pasó lo que pasa todos los días pero que nunca me hubiera imaginado. Acercó su dedo uña-larga a uno de sus orificios nasales y comenzó la excavación. Sacó un moco que lógicamente se le quedó atorado dentro de la uña. Con otra uña lo recuperó. Lo redondeó. Lo miró. Y…………………..? se lo comió. Me pareció cósmicamente alucinante presenciar tan banal acto, en lo que apenas duró la luz roja, de principio a fin. Ese ritual mucoso se convirtió prácticamente en un acto religioso. Mis carcajadas no podían parar mientras les iba narrando paso a paso a los demás ocupantes del carro lo que mis ojos veían. Es probable que la simpática chica haya escuchado mi risa a lo lejos como banda sonora de su actuación, pero definitivamente no se dio por aludida.

Angustia: Acudo al llamado de una amiga. La compañía de alarmas le avisa que están robando su casa. Toda su familia está en la playa y el panorama es incierto. Nos subimos al carro y atravesamos lo más rápido posible el tráfico limeño de un viernes a las 6 de la tarde. Cuando llegamos a su casa el panorama seguía siendo incierto. 3 serenos, 1 policía, el motorizado de las alarmas (honestamente parecía un disfraz de jalowin) y un cerrajero tratando de abrir la chapa de la casa. El “reporte” policial decía que no se sabía si los delincuentes estaban aun dentro de la casa por lo que había que entrar a cerciorarse. Una vez abierta la puerta, el tombo sacó su arma con una mano, y con la otra sacó su celular (supongo que todos han visto alguna vez a un tombo hablar por celular). Medio agazapado entró a la casa y en filita detrás de él entró mi amiga, el tío de mi amiga, otros amigos más, un sereno, el de las alarmas y hasta el cerrajero (parecía el capitulo del Chavo del 8 cuando entran a la casa de la bruja, no les miento). Después de una minuciosa búsqueda se concluyó, y así lo indica el parte policial, que no se encontraron a los delincuentes dentro del recinto. Aparentemente los choros se asustaron con el estruendoso sonido de la alarma y salieron corriendo, pudiéndose robar tan solo un trozo de loseta del patio exterior, aunque algunas pericias sostienen la teoría de que esa loseta habría sido sustraída por el jardinero meses atrás. Por suerte la ansiedad de un posible robo desapareció, y nos sentamos en el murito de la casa a comer chups y a esperar.

Magia: Para cerrar el día fui testigo de un acto mágico-simbólico-sagrado-espontaneo. Siguiendo las más fieles técnicas del maestro Jodorowsky (chanta y mercachifles para muchos), presencié el momento justo y el timing preciso en el que un colega realizó casi sin saberlo un acto de Psicomagia. De tal manera cerró una parte oscura de su vida para dar luz a una nueva etapa. Un nuevo camino de arboles tupidos que dejan entrar algunos rayos solares y que cada vez se va abriendo más a un océano de oportunidades.

Sin saber, sin ser consciente, había celebrado el no cumpleaños a cabalidad, mejor imposible. Llegué a mi casa, encendí el lamparín y me fui a dormir.

4 comentarios:

Poch dijo...

un éxito...

elqueyasabes dijo...

se agradece el acto de psicomagia.
dio la vuelta, como bien dices, a una etapa tenebrosa de mi vida.

gracias por participar en ella

Anónimo dijo...

Mino a que te refieres con lo de No cumpleaños?
espero no sonar bruto por no entender eso *)

El Minotauro dijo...

Poch, me hace mucha ilusión que te haya parecido un éxito, ja ja ja

No acuses a tus neuronas amigo anónimo. Debo aceptar que el juego de palabras es algo enredado.
El Cumpleaños que no se cumple es un No Cumpleaños.