Segundo a segundo

Cada decisión cuenta. Cada segundo de cada momento tiene un poder inimaginable, un potencial todopoderoso. La secuencia de hechos de cada situación que uno vive es definida por el instante inmediatamente anterior, como si fuera uno de esos libros que leía en la biblioteca del colegio en el cual uno debía decidir que rumbo tomar, siendo dirigido a finales completamente variables.
La suposición que plantea un final preestablecido para cada individuo, definido con anticipación a las decisiones que uno pueda llegar a tomar me parece demasiado mezquina como para ser aceptada. Seria la mediocridad instaurada como fe, reconocer la imposibilidad de manejar uno mismo su vida como desee me ocasionaría un colapso emocional intolerable, no encontraría motivaciòn para levantarme en la mañana.

Como un amigo me dijo el otro día - Lo que me motiva a levantarme de la cama todas las mañanas es el hecho de saber que puedo cambiar, que puedo decidir que hacer e inclusive puedo cambiar lo que pienso, puedo dominar a mi mente- y debo decir que coincido completamente. Por eso me parece frustrante y hasta patético escuchar a gente hablar del destino con una seguridad rozando la paranoia (como de la embajada de EEUU) .

Y sí pues, el que da color a la vida, el director de la película es uno mismo. La capacidad que tenemos de conducirnos y elegir opciones cada segundo nos hace dioses. Ojala todos nos supiéramos dioses y experimentemos el placer de elegir. Esa es la libertad máxima, sin restricciones, sin destinos, sin culpas, sin arrepentimientos.
Desde muy chico siempre me encontré preguntándome para que uno se levanta todas las mañanas, que nos motiva a seguir, que nos impulsa a continuar en el trayecto en que estamos. Y la verdad que siempre pensé que la motivación era cumplir objetivos, lograr metas. Ese era el fin de la existencia. Pero me sonaba muy vació, demasiado practico, nada romántico.
Con los años me di cuenta que esas son tan solo estaciones mas no son el destino final del viaje. El potencial de elegir y cambiar a placer es la razón de existir, al menos la mía. Suena simple pero si lo piensas hace mucho sentido.

La relación causa-efecto que exhibe la existencia es apasionante, guia casi todas las experiencias humanas y me parece que el azar juega un rol primordial en todo esto. Somos dioses pero debemos ser humildes, uno no es capaz de predecir todos los efectos que se producen con cada decisión. Como en la película alemana Corre Lola Corre, donde un segundo de diferencia llevaba a finales muy alejados uno de otros.

Hace unos meses tuve una experiencia algo desagradable, muy desagradable para ser exactos.
Me encontraba en un taxi en mi caótica ciudad con sus indomable transito. Una vez llegado el momento de salir del bólido procedí a quitarme los lentes de sol que portaba y abrí la puertezuela. Inicie el movimiento acostumbrado para bajar de un auto, un pie al piso, seguido de la cabeza liderando el armónico movimiento. Tenia por lo menos 2/3 de mi prominente cráneo afuera cuando PUMMMMMMMMMMMMMMMM!!!!! un estruendo, una explosion, un Hiroshima en mi cabeza. No se si perdí el conocimiento pero al menos quede en un estado soporoso y de shock tendido en el asiento trasero del taxi. Reacciono y veo millones de partículas de vidrio encima mio, en el asiento, en todos lados regadas como picapica. Me levanto y noto un liquido rojo, espeso en mis manos. Busco el origen, era mi cara. Emano sangre de la frente y las manos.- ¿Que carajo paso?- me pregunto. Veo que al taxi le falta la puerta. Me asomo y veo la puertezuela, o lo que quedaba de ella, 10 metros adelante sobre la avenida. Tomo conciencia de que paso. Al momento de abrir la puerta y salir, una combi asesina decidió no esperar los 10 segundos que demoraría el tramite de pagarle al taxista y salir del auto, no, estaba apurado, el tiempo es oro. Se metió a velocidades Schumacherescas estampandose contra la puertezuela ya abierta rozando por milímetros mi frágil cráneo.
Lo que sigue en la historia es secundario,gente, tumulto, pelea entre choferes, yo sangrando, yo en la clínica, yo con lasceraciones corneales (4), un oftalmólogo sacando, dolorosamente, esquirlas de vidrio molido incrustado en mi cornea izquierda, yo disfrazado de pirata por 2 semanas.

Detalles importantes: Mi carro en la mañana no quiso arrancar, por lo que tuve que irme en taxi. Me retire los lentes de sol 5 segundo antes de salir del taxi (no tengo claro por que lo hice, probablemente si me los dejaba mi ojo salia ileso). Los segundos que me demore en sacarme los lentes de sol y guardarlos me ahorraron una muerte espantosa, decapitación traumática en mitad de la vía publica.

De nuevo, un segundo en la vida hace toda la diferencia del mundo, el tema es que uno nunca sabrá que hubiera pasado con cada situación posible. Supongo que a eso se le define como azar.
Que bonita es la vida!

Nota por si te interesa: A pesar de las lesiones corneales (un milímetro mas de profundidad en las lasceraciones y hubiera tenido que soplarme una gustosa cirugía al ojo, riiiccooo) y los pequeños cortes en la cara no han dejado secuelas. Sigo viendo masomenos bien y sigo con la misma cara de tonto de siempre. Gracias por preocuparte.