Iluso él, perdió la fuente de su poder sobrehumano, la peluca. Dalila un día la cambió por un cartón de cigarros, y así llego a nuestras manos, previa coima de ley. Yo (aka El Tunche) y mi hermano gemelo de distinta madre y padre (aka El Minotauro), contamos con la pelucadesansón, la cual nos adjudica el poder y derecho divino de criticar, joder y pastrulear a quemarropa. Tú! ven y hazte acreedor de alguna mecha de la peluca, poder infinito de opinar y divagar libremente. NO LO LEASSSSS

31.1.10

La chica y su muralla

Día tras día, sin descanso alguno, se dedicó a construir una pared. La chica no se detenía a pensar la función que tendría este dique construído en medio de un terreno baldío, tan solo colocaba ladrillo sobre ladrillo.
Encontró una mecanicidad en este acto, como una trabajadora de una fábrica de cosméticos que pone la tapa al producto al aparecer por la corredera mecánica. Siempre un ladrillo a la vez, nunca las dos manos ocupadas con los bloques, ya que ella sabía que su pared era endeble y siempre debía estar a la alerta de un posible derrumbe. Tonta no era. Nadie le había enseñado a construir, y nunca fue aficionada a esos jueguitos infantiles de piezas armables. Confeccionaba su muro a puro instinto.

Su pared no tenía fecha de caducidad, no sabía cuando pararía de levantarla. Solo un día, ya cuando la pared tenía varios metros de elevación, se le cruzó un tierno perrito. Pocas cosas en el mundo la conmovían más que un cachorrito buscando una caricia o reboleandole la cola. Por un corto tiempo dejó en pausa su labor y se entregó por completo al cuidado de este cachorrito. Al parecer este can tan dulce le había hecho postergar no solo su actividad sino también su propio cuidado. Pero, ¿Quien puede criticar eso? Bastaba ver la mirada del cachorrito para entenderla.

Una tarde, como era ya costumbre, se acercó con un jugoso trozo de carne para alimentar a su preciada mascota. Pero ocurrió algo inesperado y horrible. El cachorrito, de una sacudida, se desprendió de lo que parecía ser su piel, y se descubrió por completo. Era un horrible zorro, disfrazado, con afilados caninos y garras como clavos. La chica no tuvo espacio ni tiempo para reaccionar ante el terrible descubrimiento quedándose congelada en su sitio incrédula y con el pedazo de carne en la mano. El feroz zorro se abalanzó sobre ella arrancándole salvajemente la mano que sostenia el jugoso bocado y lesionandole irreversiblemente un ojo.La chica fue víctima de su propia inocencia y de su bondad.

Esta experiencia le hizo automaticamente reiniciar su postergada labor. Siguió construyendo su muro. Ahora lo hacía con mucho más cuidado (y más dificultad), dado que al haber perdido una mano y un ojo cualquier derrumbe podría ser fatal. Ladrillo tras ladrillo, tras ladrillo, tras ladrillo.
Tomó un descanso, y por primera vez hizo una pausa completa para contemplar su obra; Su muro había sido construido alrededor de ella, creando una prisión. Claro, como había perdido un ojo su visión no le hizo notar que estuvo construyendo en una linea circular con ella atrapada al centro de esta muralla, ahora celda.
-¡Que he hecho!- pensó. -He construido mi propia cárcel-.

Nunca intento trepar, o buscar un ladrillo flojo para poder salir. Tras el pánico inicial, poco a poco fue sintiendose en paz, tranquila, segura.
Ya sin tener que construir tuvo mucho tiempo para pensar. ¿Para qué empecé a levantar esto en primer lugar? -se preguntó-. Al instante se le vino el recuerdo traumático de ese maldito zorro disfrazado de cachorrito, de como la engaño para terminar mutilandola. Como fue utilizada. La respuesta llegó sola....pero... ese zorro, ese perverso ser fue quien ocasiono que mi muralla se complete-reflexionó-. Aquí en mi fuerte, no habrá cabida para ninguna otra hiena carroñera con careta de mansa oveja. Ese zorro, mutilándome como lo hizo, me ha dado seguridad... y recién ahora veo que eso buscaba al construir esta muralla , encerrarme. Gracias zorro... te detesto pero gracias.

Lo único que no notó, era que bien arriba en el cielo, ya rondaban decenas de buitres...y esta vez sin disfraz.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno muy bueno tuncheman

Anónimo dijo...

El zorro disfrazado de perrito. De esos hay muchos, que te arrancan los ojos. Pero me gusto el final. Como siempre tus finales son buenazos. muy bacan tunchesito
besos

mar dijo...

Ya tocaba uno de tus cuentos medio dark tunche. Muy buena.

triana dijo...

Muy buen relato Tunchecito. Cómo quedó de redondo el final!

Saludos

Anónimo dijo...

Buena Tunche!!!! toda una lección de vida y se extrapola a tantas situaciones, bien logrado!

Anónimo dijo...

Ese parece uno de tus teledirigidos hoho

Anónimo dijo...

MUY BUENO CAPO