Iluso él, perdió la fuente de su poder sobrehumano, la peluca. Dalila un día la cambió por un cartón de cigarros, y así llego a nuestras manos, previa coima de ley. Yo (aka El Tunche) y mi hermano gemelo de distinta madre y padre (aka El Minotauro), contamos con la pelucadesansón, la cual nos adjudica el poder y derecho divino de criticar, joder y pastrulear a quemarropa. Tú! ven y hazte acreedor de alguna mecha de la peluca, poder infinito de opinar y divagar libremente. NO LO LEASSSSS

20.10.10

Cachetada al CULO

Hace una semana que terminó el sintonizado rescate de los mineros atrapados por más de dos meses en una mina chilena. Un hecho estrictamente privado se convirtió en un caso de interés no sólo nacional sino también mundial. No se trató de un atentado terrorista, o de un desastre natural, ni era una situación que amenazara la vida de otros pobladores de la zona o que pueda tener un mayor impacto en otros sectores del país. 24 horas de “primetime”, con transmisiones en vivo, minuto a minuto, vía internet, a través de las cadenas más importantes de noticias y con corresponsales de más de 30 países, todo eso para cubrir la “noticia” de 33 pobres (alguito de pena me dan) mineros, víctimas de un accidente de trabajo, cuyo prolongado tiempo en cautiverio subterráneo alimentó el morbo y por supuesto el rating (ayer un obrero se murió tras caer del 5to piso de una construcción, ¿se enteraron? claro, era uno solito, en el centro de lima, a 15 metros sobre el nivel del piso). Sería bueno que igual publicidad tengan los disidentes cubanos o chinos, privados de sus libertades probablemente por mucho más tiempo que dos meses, y sin temor a equivocarme en peores condiciones que hacinados a 700 m.b.n.m, y peor aún no debido a un hecho fortuito sino tan solo por pensar diferente. O tal vez todas las mujeres que viven oprimidas por los regímenes islámicos y que se encuentran igualmente enterradas debajo de su delgada Burka. Ni que hablar de los esclavos (hombres, niños y mujeres) chinos, taiwaneses o vietnamitas, que ahorita mismo deben estar fabricando tus próximas zapatillas o tu próxima computadora. Ya que estamos, aquisito en Carabayllo hay unos niños picapedreros tragando hollín todos los días. Pero bueno, no tiene caso hablar de ellos porque no son mediáticos, y su “rescate” costaría muchísimo más que lo que costó el rescate de los mineros y no traería ninguno de los beneficios que trajo (y seguirá trayendo). Y no me refiero a los beneficios obtenidos por las cadenas de noticias, ni a los beneficios que supuestamente recibirán los mineros (que les aproveche sus regalías por películas, libros, entrevistas, álbumes de figuritas, etc.), sino me refiero al beneficio político que muy bien supo manejar (y seguro sabrá capitalizar también) el gobierno de Piñera.

Para el gobierno chileno, este episodio le puede traer más réditos de los que pudiera imaginar, y es que demostrar que se es capaz de asegurar la vida de sus ciudadanos, cueste lo que cueste, perseverando y movilizando tantos recursos (ojo que la NASA estuvo metida en esto) por 33 patitas, demuestra realmente de que esta hecho un gobierno y finalmente para lo que sirve. El valor que tiene transmitir a toda la población la sensación de seguridad es muy grande. El mensaje es: “Mira lo que hicimos por estos mineros, también lo haremos por ti si fuera el caso”. Ese es el rol del estado finalmente, brindar seguridad (tanto tangible como la percepción o aun mejor el convencimiento) a sus ciudadanos, y más que policías cuidando las calles y militares cuidando las fronteras, saber que tu gobierno responde por ti, te respalda y se preocupa es realmente importante. Allí es donde ves plasmados tus impuestos y confías en el gobierno, estas tranquilo que si algo malo te pasa (desastre natural, secuestro, injusticia, etc.) allí va a estar tu estado para ayudarte y respaldarte. Un estado que te debiera brindar la educación que tus hijos se merecen, un sistema de salud integral de calidad sin importar tu condición social o económica, un sistema de justicia que defenderá y protegerá al que tenga la razón. Así es como se forman los pilares fuertes y durables para construir todo lo que se quiera construir. El famoso “desarrollo” debe ser una consecuencia, y sea realmente sostenible y no se derrumbe con el soplido de un grupete de agitados agitadores. Quizá es mucho pedir y siga siendo muy idealista, pero esos son realimente los pilares que se construyen para tener una gran nación. Con eso la gente se sentirá parte de esa gran nación y por más absurdo que suene no botarían basura a las calles, porque sentirían que son realmente suyas, no le sacarían la vuelta a la Sunat (bueno acá siempre habrán pendejeretes pero es la idea) porque no se sentirían engañados por su gobierno y con gusto ayudarán a construir su propio país con sus impuestos sintiéndose parte de todo el engranaje.

Pero en el Perú solo tenemos cifras, porcentajes de crecimiento, milagros nacionales, PBI, baja inflación, atractivo de inversión, standard & poor´s, y de que chucha me sirve todo eso, si el propio presidente me mete un lapazo. El jefe de la justicia me dice que no puedo confiar en ella y que mejor me las arregle yo solo (definitivamente conoce muy bien su chingana y sabe que entrar a litigar en el Perú no sirve de nada porque te van a pasear años con tu juicio para que finalmente lo gane el de la billetera más gorda). Los policías en vez de cuidar las calles y proteger al ciudadano están hablando por celular, emborrachándose en las comisarias, acechando a los conductores cobrando coimas, robando bancos, o matando a “supuestos” ladrones de bancos. La ONPE no es capaz de contar votos eficientemente y pone en seria duda el sistema democrático. ¿Alguien sabe como sigue el sur después del terremoto? A no, eso ya pasó hace 3 años, ya fue, a quien le importa, y al estado menos. Incapaces de asegurarme un desplazamiento eficiente por las ciudades y por el país entero. A todos los presidentes les encanta hacer carretera y mas bien inaugurar carreteras, pero todavía seguimos en la época de la carreta con autopistas de un solo sentido, donde te tienes que chupar al camión que va delante de ti a 20 por hora sin poder adelantar porque de bajada viene un loquito en neutro o un Ormeño. Eso si tienes suerte que un interprovincial somnoliento o sin frenos no te saque del camino mandándote al primer rio que se te cruce por delante. Y nuestra realidad puede seguir por páginas de páginas. El peruano no vale ni mierda. Esa sensación constante de desamparo en la que vivimos se ve reflejada con nuestras acciones como sociedad. Después nos quejamos que pobre voluntario le grite corrupto al presidente en su cara. Los peruanos somos ciudadanos desprotegidos, que debemos aplicar la ley de la selva para poder levantar un poquito la cara y que se nos pueda ver la punta se la nariz en medio de un ambiente en putrefacción.
El crecimiento no puede ir solo, sin pilares, porque finalmente es como un castillo de naipes que con ligero viento se desmorona. Me queda claro la clase política, encabezada por el presidente, no están dispuestos a construir estos pilares, y es más bien gente particular (no tengo que mencionarlo a Gastón, ya saben que me refiero que gente como él) la que tiene que trabajar en ello para lograr un cambio solido y sostenido, y que no vuelva otro de los ciclos a los que estamos acostumbrados en que todo lo avanzado se viene abajo y seguimos al son del ferro carril carril carril de lima a la paz la paz la paz un paso pa tras pa tras pa tras.
Esta vez la moralina de la semana viene gracias a Gandhi: Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.

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