

Iluso él, perdió la fuente de su poder sobrehumano, la peluca. Dalila un día la cambió por un cartón de cigarros, y así llego a nuestras manos, previa coima de ley. Yo (aka El Tunche) y mi hermano gemelo de distinta madre y padre (aka El Minotauro), contamos con la pelucadesansón, la cual nos adjudica el poder y derecho divino de criticar, joder y pastrulear a quemarropa. Tú! ven y hazte acreedor de alguna mecha de la peluca, poder infinito de opinar y divagar libremente. NO LO LEASSSSS
Se interna el Yeti en la cordillera. Lleva consigo todas sus provisiones disponibles y tal vez algunas otras más. No conoce aun la gruta en la que vivirá, pero sabe perfectamente cómo llegar. Instalará su morada en aquella veta de la montaña, una cueva que contrariamente al frio exterior e inclusive el interior proveerá de calor. Cuartel de invierno y verano desde donde se ejecutarán todas las estrategias de batalla. Punto de referencia para incursiones y diligencias de todo tipo. Ya se sabe la rutina, aunque siempre genera entusiasmo toda nueva aventura.
Durante este periodo el Yeti deberá cumplir con toda una serie de rituales que le propone su garbo. Por ley, por máxima, por deseo, por obligación, por placer, por deber, por compromiso, por amistad, por responsabilidad, por dedicación, por jerarquía, por amor, por decisión, por iluminación, por ilusión, por sí mismo.
En el espacio que ocupa existe un complejo sistema de orientación. Este no es posible de ser comparado con una brújula. La brújula te brinda el norte magnético, un sentido. Un tecnicismo de la geofísica bastante simple comparada con el que se posee en la grieta. Este sistema es bastante complicado de ensamblar y es un procedimiento que puede durar años. No existe un manual para hacerlo, se requiere de una destreza especial para poder completarlo. Pero una vez armado, se convierte en la herramienta más poderosa para el hombre de las nieves. Con esta ya es capaz de salir afuera para cumplir a cabalidad con sus rituales previamente mencionados.
Para escalar las montañas y por pasar de una a otra será necesario construir puentes. Existen ya algunos construidos previamente pero no serán suficientes. Cada montaña exige uno distinto. Además de características diferentes. Tamaños diferentes. Materiales diferentes. Inclusive será necesario algunos puentes invisibles (como el verde) pero que a pesar de ello serán de suma utilidad.
Es de suma importancia para el Yeti poder desplazarse libremente por toda la cadena montañosa, es únicamente bajo esta condición que puede desarrollar sus actividades a cabalidad.
El Yeti se esconde detrás de un frondoso pelaje blanco, unas enormes garras y unos afilados colmillos. Se presume que es un mecanismo de defensa disuasivo. Salvo algunos accidentes involuntarios (al menos conscientemente) no se ha registrado ninguna víctima letal producida por el carismático pero estigmatizado monstruillo.
En los últimos años se ha visto un cambio en sus costumbres y en su actuar. No se saben bien las causas pero se sospecha de alguno gases volcánicos que con el cambio brusco de temperaturas producen cadenas moleculares similares a las neuronas amables (algunas de estas son también de color verde invisible). Se especulan algunas hipótesis sobre posibles incursiones. La expectativa es alta y por lo mismo el Yeti se demora en terminar de montar su espectáculo. Se dice que será algo tan grandioso que tanto caribeños como camélidos están dispuestos a llegar a las cumbres más frías de la cordillera para ser testigos.
Es difícil calcular la magnitud y el impacto final, pero en todo caso será menester de evaluación de cada espectador.
Lo que sí es seguro, es que el Hombre de las nieves está más prendido en llamas que nunca.
Escoger un buen carbón. Algarrobo. Una buena leña, bien seca, bien dura.
Si no sabes hacer fuego con palitos usa un fósforo o un encendedor. Papel o ramas secas. Nunca, escucha bien, nunca, pero nunca, que te quede eso bien claro (¿escuchaste?), nunca uses químicos. Gasolina, bencina, kerosene, cera, JAMÁS.
Aprende a esperar. Disfruta la espera. El goce de toda parrillada, o asado como se le conoce también, está en la espera. Escucha las brasas hablar.
Si tienes pulgas en el culo anda y cómprate una pizza o mete tu carne al microondas.
Mientras esperas la brasa perfecta, esa radiante, naranja intenso, tierna con ligeros brotes cenizos, disfruta del olor de la tarde. El olor de la braza, del calor. Si ya tienes toda tu mise-en-place, ábrete una cerveza bien helada, o sírvete tu primera copa de un buen tinto.
No trates de apurar este proceso. La secadora de pelo es de tu mamá. El ventilador es de tu hermana. El periódico es de tu papá. El abanico es de tu abuela. A lo sumo agarra unas pinzas y trata de darle algo de orden a las brasas, pero tampoco mucho. La naturaleza está trabajando, déjala tranquila.
Ya debes estar terminando tu segundo tinto.
Fuego bendito elemento. Nada más primitivo y elemental que el contacto directo. Sin mediadores. Sin conductores. Transferencia pura.
Entran las vedettes, emplumas todas ellas, lujuriosas, mirándose displicentes, se sienten lo máximo.
El fierro lo aguanta todo. Mi selección perfecta:
Provoleta. Chorizo, Morcilla, Mollejas. Espárragos, Berenjena, Champiñones, Alcachofas. Papa Amarilla. Camarones. Alitas glaseadas. Entraña, Ojo de Bife. Bondiola. Cordero al Asador. Piña y Platanitos.
Chimichurri. Aji.
Una buena ensalada con aliño campesino siempre acompaña bien.
Sigo con vino tinto o cerveza. También puede ser lambrusco o un Martini de pepino. Todo siempre bien frío.
El contexto cambia la experiencia. El campo o la ciudad. Una azotea o un patio interior. La playa. La calle. El garaje de tu centro de trabajo.
Lo que debe quedar claro es el motivo. No tengo nada en contra de celebrar con parrilladas, pero en ese caso estamos hablando de satisfacer otras necesidades. El motivo debe ser parrillar, si eso sirve para celebrar algo está bien. Ese motivo une, reúne, integra, divierte, entretiene, deleita, alegra. Importante mantener siempre ese espíritu y lograr la sintonía de todos los participantes. Como ya dije antes, si hay alguno que no quiere aprender a disfrutar de una buena parrillada, de un buen asadito, pues entonces que no interfiera con este evento mágico religioso.
Que placer llegar a Buenos Aires y oler en el aire esas brasitas que adornan la ciudad. No sabes bien si es el carbón o la grasa lo que huele. Es como el soundtrak olfativo de la ciudad. Tanto así que si se está incendiando la cocina de tu vecino no te das cuenta hasta que llegan los bomberos, porque para ti, no era más que otro asadito.
Una vez cuando era chico traté de hacer un espejo. Encontré uno en mi casa y me puse a observarlo para reproducirlo. Descubrí que era un pedazo de vidrio pintado por un lado con una pintura de color plata. Junté mi propina y me fui de compras a la ferretería del barrio. Compré un trozo de vidrio y pintura gris. Regresé muy ilusionado. Comencé a trabajar. Cuando creí que había terminado, me miré al espejo recién hecho, y lo único que vi reflejado fue mi frustración. Años más tarde entendí que el proceso de fabricar un espejo era bastante más complejo del que yo pensaba. Por algún motivo empecé a descubrir la magia que esconden detrás los espejos.
Dicen (¿quién dice?) que los espejos reflejan la verdad, y que cuando uno se mira en ellos no puede escapar de ella. Es cierto que el espejo refleja exactamente lo que se le pone en frente, es la física la que explica este fenómeno, de cómo es que la luz incide en estos objetos y se genera la reflexión. ¿Sin embargo lo que nosotros vemos reflejado es siempre real? Tal vez esta pueda llegar a ser una pregunta retórica, porque pienso que la realidad es lo que uno ve, y no lo que un otro te pueda decir que es, como en el caso de un espejo. Pero de todos modos me parece importante contar con un objeto que nos muestre y nos refleje lo que somos, o al menos una referencia de lo que somos. Aunque a veces puede tener sus riesgos, ya que si nos acercamos mucho, tanto que solo veamos nuestro interior a través de nuestras pupilas, podríamos convertirnos en seres ajenos al entorno. Algo así como la idea del narcisismo, pensando solo en nosotros, incapaces de relacionarnos con los demás.
Lacan desarrolla toda una teoría llamada el estadio del espejo, explicando lo fundamental que es el proceso de reconocerse en “el espejo” para la construcción del “yo”. (Tal vez ahora todos nuestros lectores terapeutas puedan ilustrarnos y profundizar más en este tema)
Pero el espejo también cobra una dimensión social y cultural bastante importante. Blanca nieves (donde se ve representado como fuente de verdad) y Alicia en el país de las maravillas (donde se ve representado como mediador entre una dimensión y otra) son algunos ejemplos de cómo el espejo ha sido utilizado con una gran carga simbólica en la literatura popular. En algunas culturas se piensa que los espíritus tienen la capacidad de transitar por los espejos, de allí supongo la idea esta de un mediador entre dimensiones o realidades. Es por eso que cuando alguien muere, se tapan todos los espejos de la casa.
¿Alguien ha roto un espejo alguna vez? ¿Y los 7 años de mala suerte? ¿Cómo les fue? Yo en realidad no soy supersticioso, hace casi un año que manejo con el espejo retrovisor del carro hecho añicos y todavía no lo cambio (por dejadez o quizá por superstición). La gente que se sube a mi carro me pregunta cómo se rompió, pero nadie nunca me ha mencionado el tema de la mala suerte. Seguro que ahora me ponen una multa por andar con el retrovisor roto (como buen caserito de los tombos, ahora que se están poniendo ricos con esto del nuevo reglamente de transito). “Objects in the rear view mirror are closer than may appear” no te confundas, la canción de Meatloaf es al revés.
Y no se olviden que ascensor sin espejo va más lento.
Los dejo con un vídeo para que se diviertan.Es bastante complejo definir qué es la religión. Existen varias definiciones y estoy seguro que como en todo, cada uno tiene la suya. Han hablado los sociólogos, los antropólogos, hasta los psicólogos. Sabemos también que opina Marx al respecto (Carlos y Groucho). Pero alguna vez un amigo músico me dio una aproximación al respecto que me gustó. En una tertulia de piscos, me dijo que la religión es lo que se produce de las relaciones entre las personas. Desde que dos o más personas se juntan a conversar, a departir, a tener temas en común, se está ejerciendo una religión. Y etimológicamente no estaba tan equivocado. Por más que el padre Gambeta diga que la palabra religión proviene de su raíz en latín “regla” (norma, ley), la mayoría coincide en que su origen viene de la palabra “religare”, re-ligar, re-amarrar.
Las relaciones humanas o vínculos (como prefiero llamarlas) son complejas (tanto o más como definir el termino religión). Sin embargo son esenciales para el desarrollo personal.
Desde antes de nacer ya comenzamos a conocer de vínculos. Primero con la madre y luego con la familia. Más adelante vendrán los amigos, las parejas. Además de todas las personas con las que nos podamos relacionar esporádicamente producto de nuestro desplazamiento por la vida.
Cada uno de estos vínculos es diferente y nos aportan a su vez cosas diferentes. A veces positivas, a veces negativas, pero siempre construyendo algo más grande dentro de nosotros.
También están del otro lado los ermitaños. Gente que carece de vínculos sociales, que se auto recluye, incapaz de relacionarse. O que tal vez no siente el deseo o la necesidad. Los narcisistas son personas difíciles de tratar. Se la pasan mirándose todo el tiempo, lo cual dificulta mucho vincularse con ellos, y ellos con el resto claro está.
De acá podríamos comenzar a pensar que para vincularse es necesaria cierta dosis de desprendimiento. Es un toma y daca. Una apertura al otro, pero a su vez para uno mismo.
Si hacemos un recorrido por nuestras relaciones personales, podríamos tener una aproximación bastante cercana a lo que somos.
Los vínculos sociales pueden ser un punto de partida que está más cerca de la meta de lo que creemos.
En el vínculo está la cura. Esta puede sonar una frase bastante categórica y estoy seguro que mis amigos psicoanalistas podrán ahondar ampliamente en el tema y corregirme si me equivoco, pero creo realmente que en la forma como manejamos nuestras relaciones personales, podemos encontrarnos, cuando menos, satisfechos.
Creo que cada vez me estoy convirtiendo en una persona más "religiosa" / Así Sea!