
Iluso él, perdió la fuente de su poder sobrehumano, la peluca. Dalila un día la cambió por un cartón de cigarros, y así llego a nuestras manos, previa coima de ley. Yo (aka El Tunche) y mi hermano gemelo de distinta madre y padre (aka El Minotauro), contamos con la pelucadesansón, la cual nos adjudica el poder y derecho divino de criticar, joder y pastrulear a quemarropa. Tú! ven y hazte acreedor de alguna mecha de la peluca, poder infinito de opinar y divagar libremente. NO LO LEASSSSS
11.8.12
Naturaleza neutra


12.6.12
Pelu(ca)



17.5.12
El Raviol


27.3.12
Esto es un atraco

Bajé tranquilamente las escaleras y me enfrento a la primera reja. Está cerrada. Busco al guardián del edificio para que abra la puerta pero por allí ni su sombra. Trato de manipular la reja, empujando y jalando, pero nada, no se abría. Atino a mover una pequeña perilla ubicada en la chapa inferior, tapada con varios retazos de gutapercha negra, hasta que escucho un ¡CLACK! Empujo y jalo, pero nada, la reja no cedía. Subo por las escaleras y le toco el timbre a María Inés para que me abra desde el portero eléctrico, y le adelanto que había movido esa perilla escondida entre las gutaperchas. Me mira con cara chueca pero me dice que ya me abre. Bajo nuevamente las escaleras, y frente a la reja escucho el sonido eléctrico del intercomunicador, empujo y jalo, pero nada. María Inés baja para cerciorarse de la situación y luego sube rápidamente a intentar buscar solución. En ese momento, frente a la segunda reja se asoma un joven con una bolsa con 3 limones en una mano y con su manojo de llaves en la otra, abre la reja, y se enfrenta a la primera reja (para mí la primera, para él la segunda). Con una llave trata de abrirla pero sólo podía abrir la chapa superior, no la que estaba trancada. Para este momento yo recién me percataba de un papel que decía con letras fosforescentes “NO TOCAR” y una flecha que indicaba los retazos de gutapercha. El joven de los limones me pregunta: -“¿no hay allí un cartel que dice no tocar?” -“sí le digo, sí hay un cartel que dice no tocar” (y que quería que haga, ya había bloqueado la reja, demasiado tarde ya). En ese momento baja Eugenia, que también quería salir, y se sienta en una banquita que había al costado de la entrada al percatarse de la situación. Un segundo después llega Pamela, queriendo entrar al edificio, y dándose con la sorpresa de que por el momento eso no era posible. Mientras tanto, María Inés se encontraba tocándole la puerta a todos los vecinos en busca de una llave que pudiera abrir la bendita cerradura con gutapercha de la primera reja, o en su defecto un control remoto para poder salir/entrar por el garaje (yo ya había tratado de abrir algunas de las 3 puertas del garaje pero sin suerte alguna), pero al parecer el edificio se encontraba vacío. De pronto llega un patita en su moto, se saluda con Pamela y le pregunta que qué pasaba. -“Nada, vengo donde Esteban, mi psicólogo, ¿y tú?” -“Nada, yo vivo al costado, pero alquilo una cochera acá para mi moto” -“Ah! ¿Y tienes llave?” -“No” -“¿Y control remoto?” -“Tampoco”. En ese momento salió Esteban de su consultorio, que para mí sorpresa, era un amigo del colegio que no veía hace años. De pronto, la paz del “hall” de ingreso de aquel tranquilo edificio barranquino se había convertido en una aglomeración de gente tratando de entrar y salir, cada uno con un motivo diferente. Lo único que le faltaba a la escena era que se asome por allí un sereno en bicicleta y un heladero. Esteban entra en escena y comienza a hacer llamadas, mientras María Inés seguía buscando a los vecinos (hasta el momento inexistentes). Eugenia seguía sentada en la banca. Pamela y el chico de la moto conversando, poniéndose al día. El joven de los limones yendo y viniendo. Yo, el causante y gestor de toda la trama, esbozando una sonrisa, pero también con semblante de interés, no había mucho que pudiera hacer, ya había comprobado que no había forma de salir por el momento hasta que alguien llegase con una llave (con la llave) o con un control remoto del garaje. De pronto, el joven de los limones, en un rapto de lucidez dice: “creo que tengo una idea” “Yo tengo un control remoto en mi departamento, les puedo pasar la llave y alguien entra y lo busca”. La persona indicada para tan delicada tarea era sin duda Esteban, quien en pocos segundos, tal vez minutos, logró traer el control y abrir uno de los portones del garaje. Fue un momento mágico, de alivio, de liberación. Me despido de María Inés. Hago lo propio con Esteban, y salgo casi agazapado y raudo por el garaje, sin volver la mirada, simplemente sintiendo el flujo de humanos que se entrelazaba desde afuera hacia adentro y de adentro hacia afuera, del que alguna vez fue un pacífico “hall” de edificio, dejando atrás la primera, o segunda, reja caprichosa.


7.3.12
A donde Vais?

No sé a donde Vais, pero sé que me dejáis una huella imborrable, que cada vez que camine sobre ella te recordaré con la misma sonrisa que me regalabas en cada encuentro.
Hasta más vernos.....Vais!


25.1.12
Chicha Perú

No sé si ustedes también lo han notado, pero ya hace unos meses que por donde volteo veo la Marca Perú. Mayormente en polos de distintos colores, negros, rojos, azules, de todo. Turistas y peruanos. En las combis. En el tapasol lateral de los taxistas. Carteles, periódicos, revistas, comerciales, productos varios. De pronto caigo en la cuenta que la famosa Marca Perú, que en su momento causó cierta polémica, ha invadido nuestra ciudad, y eso no necesariamente es algo bueno. Si bien es cierto puede interpretarse como el éxito de la marca, que todo el mundo quiere sentirse parte de ella y lo expresa utilizando de la manera que mejor les caiga, también puede llegar a cansar, aburrir y hasta saturar. Además estoy seguro que el artista que diseñó la marca, y que seguramente además diseñó una estrategia de usos, para mantener así la identidad de la misma, debe estar jalándose de los pelos de cómo su marca ha sido devorada por la cultura chicha. Los usuarios la utilizan sin el menor sentido de la estética, en muchos casos deformándola y destruyéndola. Está la línea de buses que sobre un fondo celeste (el color de sus unidades) ha colocado la marca, pero al darse cuenta que el rojo no resalta sobre el celeste, decidieron delinearla con blanco, que en proporciones desmedidas, lo único que se consigue es un mamarracho. Y claro, al diseñador de la Marca seguro que ni le preguntaron, lo más probable es que entre el chofer y el cobrador hayan tomado la banal decisión. Tampoco se luce muy bien bordada en una billetera de “cuero” blanco. Y el trapo que los taxistas cuelgan de sus puertas para que no les caiga el sol, sí que es la cereza del pastel. Hoy me topé con una señora que lucía orgullosamente su polo negro con la Marca Perú bordada con lentejuelas tornasoladas, que te puedo decir Rolly. Y bueno, no faltan los que a mano alzada tratan de imitar el diseño, eso sí que ya es un crimen. Me gustaría saber cuántos polos y distintos artículos de “merchandising” se han producido en gamarra, estoy seguro que el PBI debe hacer crecido algunos puntos gracias a esta masiva invasión visual del uso de la Marca Perú. Promperú debe estar saltando en una pata, pero en lo que a mí respecta, la próxima vez que salga a la calle y vea uno de esos polos (lo que inevitablemente sucederá antes de lo esperado) lo mas probable es que me dé un ataque de epilepsia, cual chibolo enviciado con los videojuegos. Deberían sacar una ley que prohíba el abuso indiscriminado de la marca, o en todo caso, una veda, o un sistema tipo pico y placa, pero algo por favor, que antes de que nos demos cuenta, ya será demasiado tarde.
Me voy a hacer mi acción cívica del día, ya vuelvo. www.facebook.com/no.a.la.proliferación.indiscriminada.de.la.marca.perú.


10.11.11
Buenos Aires querido
Que mas podía pedir... maleta en mano, con mi pequeña al lado, mis demás compinches en las mismas, cayendo de diversas partes del globo. Todos con la misma intención de tomarse todo lo que se pudiera encontrar en la ciudad (menos el Fernet... que fea huevada esa vaina). En fin. Solo quería retomar los posts en lapeluca después de tiempo solo como homenaje a esos días increíbles que pasamos todos, y un beso especial a los novios -ahora esposos- Jonhy y Kat. Ya saben como los queremos y lo seguros que estamos que hacen una pareja de rechupete!
Como diría el cavernicola del chorizo : Que haya próximo!



21.9.11
El mar da
Hace 2 días terminó Mistura y con ello, la euforia y la algarabía que año tras año viene generando el evento se van difuminando (hasta su próxima edición evidentemente). Esta vez la feria fue especial, porque participaron algunos de los cocineros más influyentes del mundo, entre ellos el archiconocido Ferrán Adrià (más allá de su fama, el que conoce su trayectoria, sabe que todo reconocimiento es poco). El cocinero catalán abrió su ponencia con una frase: “Queremos definir cuál debe ser la actitud del cocinero ante la sociedad”. Esto dentro del marco de la reunión del concejo asesor del BCC con el objetivo de redactar un documento al que finalmente llamaron “Carta abierta a los cocineros del mañana” (en realidad para eso vinieron, esa era su chamba). Gracias al cabildeo de Gastón esta reunión se enmarcó dentro de la 3era edición de Mistura, dándole así una vitrina mundial a la Feria, ya que la noticia rebotó por los principales rotativos españoles y también en algunos medios gringos, italianos, franceses, entre otros.
Todo muy lindo, muy bacán, pero no pude evitar pensar que nos enfrentamos nuevamente a la misma cantaleta de siempre. Un evento aislado, promovido por entidades privadas, que no es más que un oasis en este país lleno de contradicciones y sin brújula. Un presidente que graciosamente se apunta con un baño de popularidad para inaugurar la feria, pero que no tiene la más remota idea de cómo conducir este país. Creo que antes de pensar en remozar más estadios nacionales o imponer más metropolitanos o realizar más sesiones del pleno del congreso en la punta del cerro, se deben sentar y reflexionar sobre la frase que nos propone Ferrán. “Cuál debe ser la actitud del CIUDADANO ante la sociedad peruana”. Y la primera tarea es sin duda definir a este ciudadano, o en todo caso fundar al ciudadano. Mientras todos no tengamos claro eso, pasarán 500 Misturas, y nada habrá cambiado. Debemos comenzar a engranar este binomio Gobierno/Ciudadanos que es la única manera de generar un cambio que saque de la miseria a este país tan rico y con tanto potencial. Este post se cae de pesado por tantos lugares comunes y clichés, pero igual creo que llevan un sólido sentimiento de ganas de cambiar algo. Me embarga la angustia cuando me enfrento al monstruo que significa cambiar un país, cambiar una sociedad, pero luego llega la calma cuando escucho a un Jodorowsky diciendo que lo importante no es cambiar sino comenzar a cambiar. Además no pretender cambiar al resto sino cambiar uno.
Es justo en este momento cuando me encuentro con un video maravilloso, realizado por algunas personas con las que estoy seguro compartimos las mismas inquietudes. Además el video se ubica en un universo en particular y muy especial para mí: El Mar. Tal vez esté allí la respuesta. Tan vasto, tan presente, tan rico, tan sabio y a su vez tan maltratado. Dejemos de darle la espalda al mar y veremos cómo encontramos en él muchas de las respuestas que estamos buscando. Puede ser un interesante punto de partida para fundarnos como ciudadanos y comenzar a cambiar. Y no se olviden que…… en el mar, la vida es más sabrosa!


20.8.11
Carta a Niko
Una boca cuando habla, normalmente solo se representa a sí misma. Pero hoy, estoy más que seguro que esta, mi voz, representa el sentir de todas esas caras que recien vislumbras borrosas alrededor tuyo. Te hablo por mi y por ellos, otorgándome descaradamente esa atribución. Y es que así de seguro estoy de que lo que te quiero contar es tan cierto como ese brillo que aún no te deja abrir bien los ojos. Seré breve porque falta poquísimo tiempo para que te dés cuenta por tí mismo. Qué suerte que tienes Niko...
Y aquí el porque: ese loco de voz estruendosa que oyes día y noche, y que pronto sera el 50% de tu vocabulario no es un tipo común y corriente. Si existiera alguien capaz de calificar personas en base a la bondad, ese flaquito que te carga nerviosamente y que te cambia los paniales con algo de torpeza, estaría en el primer lugar. Aprenderás que a veces las palabras solo estorban para describir personas así. En esta créeme Niko, que sé de lo que hablo.
Pero tu suerte no se ha reservado nada ya que eres producto directo de un ángel. Esa mujer que corre a ti cada vez que tienes hambre o frio, es un ser que - a veces sospecho- vino al mundo para hacer feliz a los demás. Pero esto hasta que llegaste tú; ahora toda esa dulzura y amor es solo para ti, y siempre lo será.
Te lo repito Niko, que suerte que tienes...


22.7.11
Patriota por decreto

Cada vez me convenzo más de lo gracioso que es mi país (claro, puedes elegir amargarte y hacer bilis pero prefiero la risa). Ahora resulta que soy más patriota porque me obligan a poner una bandera peruana en la puerta de mi casa durante las fiestas patrias (sin escudo, porque esas banderas se las dejamos a las instituciones gubernamentales que por supuesto son mucho más patriotas que nosotros). Si no cumples con tu deber “cívico” te ponemos unas multaza, así mejor que seas patriota porque si no viene el cuco y te come. Todo acá se maneja de esa manera, cuando queremos ciudadanos, penalizamos el bolsillo y a cocachos aprenderán. Lo más triste de todo es que ni así, porque veremos “linda” la ciudad, embanderada por un par de semanas entre julio y agosto, pero el resto año, bien gracias, podemos ser los peruanos más cochinos, irrespetuosos, individualistas y achorados, pero que patriotas que somos. Claro, es más fácil poner una multa que incentivar el patriotismo como se debe, y además nos zurramos en todos los peruanos (que nacieron en este pedazo de tierra llamado Perú) que ejerciendo su libertad no les da la puta gana de ser “patriotas”, igual hay que respetarlos. Nadie me puede obligar a sentirme orgulloso de algo, esa es una decisión personal. El patriotismo más extremo seria aquel que pone la patria y sus intereses por sobre los individuales, pero acá se mide más bien por cuantas escarapelas me pongo en el pecho. Acá el patriota es el canta el himno más alto, no importa que no pagues tus impuestos o le faltes el respeto a un sereno. El patriotismo no se construye en base a símbolos sino al revés, son las actitudes que demuestran mi amor por la tierra que me vio nacer y luego se utilizan los símbolos para poder enorgullecerse de esa actitud que nos hace grandes primero como personas, luego como ciudadanos peruanos, y si nos ponemos exquisitos como ciudadanos del mundo.
Soy patriota porque amo a mi patria.
Soy patriota porque pago mis impuestos, a pesar que la SUNAT me trata como si fuera un delincuente y además estoy convencido que un gran porcentaje de ellos se los “llevan” los políticos, llámese congresistas, entre otros.
Soy patriota porque no coimeo al tombo y hago que me ponga mi multa, a pesar que preferiría que esos soles vayan a la panza del policía corrupto, que a pesar de ello arriesga su vida por un mísero sueldo y pertenece a una institución que día a día no hace más que robarle su dignidad, y no se los embolsique alguien en la municipalidad de lima.
Soy patriota porque no tiro desperdicios a la calle y cuando veo a alguien haciéndolo trato de explicarle que la calle es una extensión de nuestro hogar y deberíamos cuidarlas de la misma manera (tal vez hay gente que se come una mandarina y tira la cascara en el piso de su sala y espera que venga el barrendero con su hoja de palma a recogerla). Tampoco hago pichi en la calle.
Soy patriota porque cantaba el somos libres todos los lunes por la mañana en mi época escolar, hoy debo serlo menos porque no me he aprendido el nuevo himno, solo sé que mencionan a Jacob. (¿No sabías que cambiaron el himno? Claro, el de toda la vida no era lo suficientemente patriota).
Soy patriota porque voy al corso de Wong pero hago mis compras en Plaza Vea, claro, ser patriota es ser antichileno por antonomasia.
Soy patriota porque tengo mi camiseta de Perú Walon, la del Chorri!
Soy patriota porque me gustan los valsecitos criollos, el negroide y el alcatraz, los huaynos y las polcas y toco cajón.
Soy patriota porque conozco machu pichu
Soy patriota porque conozco el centro de lima más allá de los límites de la plaza de armas.
Soy patriota porque me han choreado más de una vez.
Soy patriota porque como arroz con leche con mazamorra y leche condensada. Me gusta el ceviche con arroz, el chifa y los tallarines verdes.
Soy patriota porque celebro el día de la canción criolla en vez de jalowey.
Soy patriota porque siempre voto a ganador y por el mal menor.
Soy patriota porque estoy entusiasmado con la reinauguración del Estadio Nacional, a pesar de que no me invitaron a la fiesta. Me hubiera gustado poder ir a elevar algunos canticos para desinflar el ego de nuestro 2 veces votado presidente.
Soy patriota porque confió en la justicia y en nuestro honesto y eficiente poder judicial (bue, ser patriota también te puede volver un poco huevón).
Soy patriota porque me creí el cuento de que el Perú avanza, me entusiasmé con los años de crecimiento sostenido, pensando con eso bastaba para salir de la pobreza y el subdesarrollo.
Y tu peluca, porque eres patriota?
No te olvides de poner tu bandera porque si no ya sabes dónde va a ir a parar toda tu grati!
VIVA EL PERÚ! (con voz de instructor escolar de educación cívica)


11.7.11
Julio Ramón y yo
Prosa apátrida #92
Uno de mis defectos principales es la dispersión, la imposibilidad de concentrar duraderamente mi interés, mi inteligencia y mis energías en algo determinado. Las fronteras entre el objeto de mi actividad del momento y lo que me rodea son demasiado elásticas y por ellas se filtran llamados, tentaciones, que me desplazan de una tarea a otra. Durante varios días estuve leyendo diarios íntimos femeninos, creyendo que por este camino iba a llegar a algún lugar, pero de pronto me desvié hacia los memorialistas franceses del siglo XVIII y esto también lo deje para precipitarme sobre los OVNIS, tema que creía haber agotado hace semanas, pero que al azar de una lectura de periódico, regresa a mi y me sumerge en lecturas agobiantes, que seguramente abandonare en cualquier momento por la historia antigua, la alquimia o la antropología. Victima soy, me doy cuenta, de la facilidad que existe ahora para informarse: libros de bolsillo, revistas de divulgación, manuales al alcance de todos, nos dan la impresión falaz de ser los hombres de un nuevo Renacimiento, Erasmos enanos, capaces de enterarse de todo en obras de pacotilla, compradas a precio de supermercado. Error que es necesario enmendar, pues hace tiempo sé, pero siempre lo olvido, que la información no tiene ningún sentido si no esta gobernada por la formación.
Prosas apátridas – Julio Ramón Ribeyro


24.6.11
la inmensidad de 1 gol

